Airam Hernández

Airam Hernández retomará este mes el rol de Pollione de la popular y fundamental ópera Norma de Bellini con la que inaugurará el Festival della Valle d’Itria en Martina Franca el próximo 17 de julio. Y lo hace por todo lo alto, ya que en este 2024 el certamen italiano cumple medio siglo de trayectoria. La cita se enmarca en una nueva producción de esta obra maestra de la lírica firmada escénicamente por Nicola Raab y bajo la batuta del director musical del festival, Fabio Luisi, que estará el frente de la Orchesta y Coro del Teatro Petruzzelli de Bari.

“El estreno se espera como todo un acontecimiento en el ambiente musical italiano”, afirma el tenor tinerfeño, que se muestra “entusiasmado” ante su debut en Italia de un personaje que cantó por vez primera en 2019 en el Théâtre du Capitole de Toulouse junto a Marina Rebeka y Karine Deshayes. Más tarde lo interpretó, en 2022, en el Gran Teatre del Liceu junto a Sonya Yoncheva y Teresa Iervolino. “No veo la hora de volver a meterme en la piel de Pollione y en el universo musical de Bellini”, asegura Airam Hernández; “Norma es el ejemplo paradigmático del género belcantista y Bellini, sin duda, un maestro de la melodía. Al tenor que canta Pollione el compositor les exige un fraseo elegante, un fuerte dramatismo y la capacidad de utilizar una amplia paleta de colores para delinear, con la correcta expresividad, la psicología de los personajes. ¡Era un genio del teatro musical! Ahora afronto el rol, que interpretaré sin los cortes tradicionales (cabaletta y variaciones incluidas) con una voz de tinte más dramático”.

Hernández, el único artista español invitado en la edición 2024 del festival italiano, y la Norma inaugural (funciones los días 17, 21 y 28 de julio y 2 de agosto) toma como referencia la edición crítica programada por la Casa Ricordi para 2025, en la que los papeles de Norma y Adalgisa –que, con Pollione, conforman el triángulo protagonista– serán confiados a dos sopranos, según las intenciones originales del Bellini, y no a una soprano y a una mezzosoprano como se hace habitualmente; Norma se creó para soprano dramática de coloratura y Adalgisa para soprano ligera, y así contrastar con las voces de Norma y Pollione.

Entre los compromisos de la temporada 2024 / 2025, a Airam Hernández le esperan su regreso al Teatro Real de Madrid para su esperado debut como Leicester en Maria Stuarda, de Donizetti; la monumental Das Lied von Erde (La canción de la tierra), de Mahler, en la Opernhaus Stuttgart; su debut como Carlo VII de Francia en Giovanna d’Arco, de Verdi, en la Ópera de Tenerife; el Requiem de Morzart junto a la Filarmónica de Gran Canaria en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas; L’enfant prodigue, de Debussy, con la Sinfónica de Tenerife; su primer Erik en Der fliegende Holländer, de Wagner, y un recital de canción junto a la pianista Anne Le Bozec, ambos compromisos en el Théâtre du Capitole de Toulouse.

Raffaella Lupinacci
Entrevista a Raffaella Lupinacci, la Adalgisa en la Norma del Teatro de la Maestranza

Raffaella Lupinacci es una de las mezzosopranos más destacadas y
solicitadas de su generación. Alberto Zedda
la seleccionó para la Accademia Rossiniana de Pésaro. Ahora regresa a España por segunda vez, al Teatro de la Maestranza de Sevilla con el rol de Adalgisa, en la Norma de Bellini. Una oportunidad para escuchar una de las voces belcantistas más destacadas que esperamos regrese pronto a nuestro país.

Brío Clásica: ¿Cómo es el carácter de la Adalgisa de Raffaella Lupinacci?

Raffaella Lupinacci: Adalgisa es un personaje dulce, atento, ingenuo… Y trataré de transmitir de la mejor manera esas características mediante un fraseo cuidado y respetuoso con el estilo y la escritura belliniana… En esta producción en concreto, la acertada interpretación musical del Maestro Yves Abel y la íntima y elegantísima regia de Nicola Berloffa contribuyen a la exaltación de los rasgos humanos de cada personaje.

B.C: Abordar un rol absolutamente romántico como Adalgisa, ¿requiere realizar algún cambio en la vocalità o la expresividad? Sobre todo, con respecto a roles menos románticos.

R.L: Requiere más bien el conocimiento del estilo específico, en este caso el estilo belcantista, que obviamente tiene que ir acompañado de un gran dominio técnico.

B.C: Un personaje tan intenso como Adalgisa atrapa, al menos durante la función, ¿cómo se libera de un personaje después de darlo todo en escena?

R.L: Pues la verdad es que uno difícilmente se libera de los roles interpretados la misma noche de la función, y solo al día siguiente, aunque no siempre, consigue reconectarse con la realidad…

B.C: ¿Qué diferencias ve en la escritura de Rossini con respecto a la de Bellini y Donizetti?

R.L: Rossini presenta un canto con una agilidad más desenfrenada. En Donizetti y Bellini también están presentes las agilidades, pero son más suaves y se desarrollan dentro de una gran estructura dominada por el legato, y el arte del rubato encuentra mayor espacio.

B.C: Ha trabajado con el Maestro Alberto Zedda en su Accademia Rossiniana de Pésaro. ¿Qué ha significado para usted el encuentro con el Maestro Zedda y qué aprendió con él?

R.L: El encuentro con el Maestro fue fundamental no solo porque me dio la oportunidad de comenzar mi carrera como cantante profesional, sino sobre todo porque me introdujo en el buen gusto, en el estilo del belcanto, en prestar atención a la palabra, en no dar nada por sentado… Además, me hizo más fuerte como mujer y como artista, con sus consejos y sus formas tan directas. Creyó en mí desde el primer momento y le estaré eternamente agradecida por ello.

B.C: ¿Y es verdad que también ha trabajado con Mirella Freni?

R.L: Ay… ¡Ya me hubiera gustado! Pero cuando comencé mi carrera, la señora Freni ya se había retirado de los escenarios… De todas formas, es cierto que asistí a una Masterclass con ella en Vignola y conservo con cariño una partitura de Bohème con una dedicatoria suya… Tengo un bellísimo recuerdo de “alumna”…

B.C: Ha cantado varios roles del repertorio mozartiano como Cherubino, Dorabella o Donna Elvira. ¿Le gustaría cantar otros roles de Mozart en un futuro? ¿Qué se necesita, en su opinión, para cantar bien Mozart?

R.L: ¡Amo a Mozart! Y por supuesto que deseo cantar todavía mucho Mozart… Pienso en Sesto, Idamante y otros muchos roles de óperas menos conocidas. La elegancia mozartiana es única, y la búsqueda de la homogeneidad del sonido está en la base de la ejecución vocal mozartiana. Me parece que es, sin duda, uno de los compositores más difíciles de afrontar.

B.C: Y si le proponen dos obras para las mismas fechas, Mozart y Donizetti, ¿por cuál se decide y por qué?

R.L: ¡Qué pregunta cruel! Probablemente Donizetti porque me permite expresar también el lado más trágico de mi vocalità y de mi carácter.

B.C: ¿Hacia dónde evoluciona su voz?, ¿Piensa en Verdi?

R.L: Por el momento, todas mis atenciones están puestas en el belcanto o en aquello que ahora está más cercano. Veremos cómo se desarrollará mi voz con el tiempo…

B.C: También aborda el repertorio barroco, que como el belcanto, tiene sus peculiaridades, ¿qué cambios vocales, de expresión y estilo realiza al adentrarse en este repertorio? Ha grabado el dúo “Son nata a lagrimar” de “Giulio Cesare” de Händel con el contratenor Raffaele Pe, ¿le gustaría interpretar el rol de Cornelia en escena? ¿Y alguna obra de Bach?

R.L: El barroco es un mundo musical que me gusta mucho. Quizás más que Cornelia me gustaría llevar a escena el personaje de Sesto. Bach es, indudablemente, un compositor de gran interés y genialidad… La verdad es que no he tenido muchas ocasiones de acercarme de manera concreta a su música, pero estaré muy feliz de hacerlo cuando se presente la ocasión.

B.C: De los roles que interpreta, ¿hay alguno de ellos que haya significado realmente un desafío vocal e interpretativo?

R.L: Probablemente el rol de Arsace en “Aureliano in Palmira”, que interpreté recientemente en el Rossini Opera Festival, porque es un rol que requiere una extensión considerable, tanto en el grave como en el agudo. Es un rol masculino y muy débil desde el punto de vista de la dramaturgia, a pesar de ser un príncipe… Además, es un rol muy largo… Solo al final, después de tantos dúos y conjuntos, se llega a una larga y articulada gran scena… Y a eso se añade el hecho de haberlo debutado en el Rof, lo que no lo hizo nada fácil… Fue, sin duda, una gran responsabilidad pero también una experiencia que me ha regalado satisfacciones indescriptibles desde cualquier punto de vista.

B.C: Por supuesto un cantante tiene sus profesores de canto, de repertorio, etc, pero usted dispone de un vocal coach. ¿Qué diferencia tiene con los profesores tradicionales y qué le aporta a usted esta figura vocal?

R.L: En mi caso, mi vocal coach es el maestro de técnica “tradicional” con quien estudio y me reúno desde los inicios de mi carrera. Paralelamente, preparo los roles con diversos maestros especializados en mi repertorio.

B.C: Volvamos la vista atrás, ¿cuáles fueron sus primeros pasos en el mundo de la música?

R.L: Comencé a la edad de seis años estudiando piano. Con quince años, empecé a ir al Conservatorio y me diplomé en canto lírico.

B.C: Y una vez que decidió convertirse en cantante profesional, ¿le fue difícil identificar su vocalità?

R.L: La vocalità de la mezzosoprano es siempre muy particular porque, de hecho, engloba dos tipos de vocalità, y es el color el que determina la característica específica de la mezzosoprano. Yo he tenido la suerte de estar rodeada de oídos muy instruidos que han sabido dirigirme de inmediato por el buen camino … me estoy refiriendo al Maestro Zedda y al Maestro Fernando Opa.

B.C: Por cierto, ¿cuáles son sus mezzosopranos del pasado (y también del presente) de referencia?

R.L: Sin duda alguna, Lucia Valentini Terrani, Fiorenza Cossotto, Jessye Norman, Elina Garança…

B.C: La palabra es para usted muy importante, podemos observarlo en su bonito fraseo y en su amor por los idiomas. ¿Qué importancia tiene para usted la manera de decir las cosas? ¿Es verdad que estudió lenguas extranjeras en la universidad?

R.L: ¡Gracias por el halago! Un buen fraseo es la base… la atención a la palabra es fundamental. En las palabras encontramos el significado de lo que cantamos, y por tanto los colores, los matices, las emociones… Y sí, soy licenciada en lenguas y literaturas extranjeras con una tesis de licenciatura sobre “Didone ed Enea” de Purcell.

B.C: Es la segunda vez que podemos escucharla en España y nos parecen muy pocas, ¿podremos verla más a menudo en un futuro próximo? ¿qué otros compromisos le esperan después de esta “Norma” en Sevilla?

R.L: Espero poder cantar mucho más en España… Es una tierra y una cultura que me gustan mucho… Próximamente cantaré Angelina en “La Cenerentola” de Rossini en la Staatsoper Hamburg, y luego será el turno de Romeo en “I Capuleti e i Montecchi” en la Opera Royal de Wallonie… Más adelante, debutaré como Elisabetta en “Maria Stuarda” en Atenas, luego estaré nuevamente en Hamburgo y retomaré el personaje de Sara en “Roberto Devereux” en el Festival Donizetti 2024.

La reconocida mezzosoprano italiana Raffaella Lupinacci será Adalgisa en las funciones de Norma de Bellini, con dirección musical de Yves Abel y regia de Nicola Berloffa, que se podrá ver en el Teatro de la Maestranza de Sevilla los días 12, 15 y 18 de noviembre. En esta producción procedente del Teatro Regio di Parma, realizada en coproducción con el Teatro Municipale di Piacenza y el Teatro Comunale di Modena, la mezzosoprano calabresa compartirá escenario con la soprano Yolanda Auyanet (Norma), el tenor Francesco Demuro (Pollione), y el bajo Rubén Amoretti (Oroveso).

Considerada como una de las intérpretes más destacadas de Belcanto del circuito lírico actual, Raffaella Lupinacci hará su debut en la temporada operística del conocido teatro de la capital hispalense. “El rol de Adalgisa requiere mucha sensibilidad y gusto a la hora de porgere la palabra en el contexto musical. Además, dada su aguda tesitura, exige una gran flexibilidad vocal y todo un dominio técnico y estilístico a la intérprete”, señala Lupinacci, que ya cantó este rol belliniano en el escenario del teatro La Monnaie- De Munt de Bruselas.

Formada en la Accademia Rossiniana de Alberto Zedda, Raffaella Lupinacci se ha convertido en una de las voces habituales en el cartellone del prestigioso Rossini Opera Festival, donde el pasado verano recibió el elogio unánime de la crítica especializada con el personaje rossiniano de Arsace en el dramma serio Aureliano in Palmira, que aplaudió sus dotes actorales, su control del fiato, la nitidez en la coloratura y el amplio abanico de colores que fue capaz de recrear con su interpretación del rol escrito para el castrato Velluti.

Raffaella Lupinacci, que cuenta además con una carrera universitaria en lenguas extranjeras, ha cantado en numerosos teatros y festivales de renombre internacional como el Teatro Massimo de Palermo, el Teatro San Carlo de Nápoles, el Theater an der Wien, la Dutch National Opera de Ámsterdam, la Royal Opera House Muscat, la Korea National Opera, el Teatro Comunale di Bologna, la Fondazione Arena di Verona, el Wexford Festival, el Donizetti Opera Festival, o la Ópera de Florencia, entre otros.

Además, ha participado en producciones de grandes figuras de la escena como Mario Martone, Davide Livermore, Ferzan Özpetek, Rosetta Cucchi, Pier Luigi Pizzi o Giorgio Strehler. Entre los directores de orquesta con los que ha colaborado, destacan, los nombres de Francesco Lanzillotta, Michele Mariotti, Enrique Mazzola, Daniel Oren, Gianluigi Gelmetti o Sesto Quatrini. Y en su agenda de próximos compromisos, figuran dos importantes citas: el debut en la Staatsoper Hamburg con rol protagonista de La Cenerentola de Rossini, y el rol de Romeo junto a la soprano Rosa Feola (Giulietta) en I Capuleti e i Montecchi de Bellini en la Opéra royal de Wallonie, bajo la batuta de Maurizio Benini.

Teatro Real

Tras el esfuerzo de presentar simultáneamente Siegfried y Norma, llega al Teatro Real, el próximo 19 de abril, el esperado estreno de la nueva producción de Peter Grimes, de Benjamin Britten, coproducción con la Royal Opera House de Londres, la Opéra national de Paris y el Teatro dell’Opera di Roma.

 

El cambio de fechas del estreno –del 8 al 19 de abril– se ha debido a distintos factores: al retraso en la incorporación de los artistas a los ensayos provocado por las restricciones de movilidad y las trabas burocráticas del Brexit (la mayoría son británicos) y también a un reajuste completo de todos los ensayos.

 

Así, las 9 funciones de Peter Grimes tendrán lugar los días 19, 22, 24, 27 y 29 de abril y 2, 5, 7 y 10 de mayo, a las 19 horas (domingos, a las 18 horas), lo que afectará a la siguiente ópera, Lessons in Love and Violence, de George Benjamin, que será trasladada a otra temporada.

 

Aunque durante 3 semanas los ensayos de Peter Grimes se han desarrollado en la sala de puesta en escena, la sala de ballet y la sala de coro, el único espacio que se ha considerado idóneo para reunir a todos los artistas y al equipo técnico de la producción –y hacer el máximo de ensayos posibles– es el escenario.

 

Este hecho ha obligado a suspender los ensayos en las distintas salas del Teatro hasta tener montado en el escenario el decorado de la ópera, después del desalojo de las escenografías de Norma Siegfried.

 

Una vez más el Teatro Real se ha visto obligado a  reorganizar toda su actividad para adaptarse a las directrices de su Comité Médico y a las limitaciones de movilidad de los artistas.

 

Peter Grimes, con dirección musical de Ivor Bolton, dirección de escena de Deborah Warner y escenografía de Michael Levine –el mismo equipo artístico de Billy Budd, también de Benjamin Britten, que triunfó en 2017–es la más importante nueva coproducción internacional desde el inicio de la pandemia, no solo por la excelencia de su equipo artístico, sino porque está coproducida con tres de los más relevantes teatros europeos, que presentarán la ópera posteriormente.

 

La producción será protagonizada por un selecto reparto, mayoritariamente británico, en el que destaca el debut del tenor Allan Clayton en el rol titular. A su lado tendrá un papel importantísimo el Coro Titular del Teatro Real preparado, como siempre, por su director, Andrés Máspero, que actuará junto a la Orquesta Titular del Teatro Real.

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Norma
Vincenzo Bellini (1801-1835)
Tragedia lírica en dos actos
Libreto deFelice Romani, basado en la obra Norma, ou l´infanticide (1831) de Alexandre Soumet
Nueva producción del Teatro Real
D. musical: Marco Armiliato
D. escena: Justin Way
Escenógrafo: Charles Edwards
Figurinista: Susan Willmington
Iluminador: Nicolas Fischtel
Coreografía: Jo Meredith
D. coro: Andrés Máspero
Reparto: Hibla Gerzmava, Annalisa Stroppa, John Osborn, Fernando Radó, Berna Perles, Juan Antonio SanabriaLlega al Teatro Real Norma, de Bellini, en una nueva producción propia. Lo hace coincidiendo con Siegfried, de Wagner, al que no le gustaba precisamente la ópera italiana y que, sin embargo, mostraba una gran admiración por el maestro italiano. Concretamente era Norma una de las obras por las que el maestro alemán mostraba mayor interés. Norma trascendía el bel canto, contaba con algunos elementos nuevos y plenos de romanticismo y capacidad expresiva. El declamato-cantato belliniano que en Norma alcanzaba su máxima expresión, donde las arias no son menos importantes que los diálogos y la manera, casi en forma de duelo, en los que se enfrentaban los distintos personajes mediante duetos y tercetos, dejando así de lado la tradicional sucesión de arias virtuosas que definían hasta ese momento la tradición de ópera italiana.Los personajes de esta obra, sobre todo su protagonista Norma, tienen múltiples caras. Algunas incluso contradictorias, lo que les otorga ese halo enigmático que llena el argumento de intrigas y situaciones románticas, con las que Bellini y su libretista Felice Romani pretendían hacer llorar de emoción a su público.En esta producción del Teatro Real, la escenografía de Justin Way repite el ya clásico teatro dentro del teatro, situado en la Italia anterior a la reunificación. Pero la escenografía, que está llena de originalidad y numerosos guiños a los decorados de 1831, cuando se estrenó en la Escala de Milán, se presta a cierta confusión entre las dos escenas que se combinan y que no quedan muy bien diferenciadas.Marco Armiliato ha sido el encargado de sustituir a Maurizio Benini. El cambio puede que haya ganado en sonoridad y volumen, pero quizá haya perdido matices y delicadeza. Norma es una de esas óperas por excelencia, que definen por si solas lo que es este género.

La partitura es de gran riqueza y, al mismo tiempo, sencilla. Su orquestación es de una gran delicadeza. No pretende acompañar al cantante, sino servirles de delicado colchón. Esta es sin duda una de sus mayores dificultades a la hora de abordarla, tanto para la orquesta como para los cantantes.

En esta ocasión el Teatro Real presenta dos repartos de gran altura. En este ensayo general asistimos a un segundo de extraordinario nivel que promete unas funciones de gran calidad interpretativa. Es la primera Norma a la que se enfrenta la rusa Hibla Gerzmava y la aborda con valentía. Posee un buen volumen de voz y gran dramatismo. Además de esa ligereza que exige el personaje, brilló en el duetto con Adalgisa, en el que empastaron a la perfección.

La Adalgisa de Annalisa Stroppa es sin duda la voz más claramente belcantista del reparto. Su línea de canto está muy bien definida, frasea con delicadeza y con intención belliniana. Dibuja una Adalgisa llena de sensibilidad y expresividad. Elegante siempre sobre el escenario, destacó en el duetto con Norma y el terceto del segundo acto, logrando algunos momentos de brillante lirismo. No en vano es una experimentada Adalgisa.

Otra de las voces más acertadamente belcantistas es la del Polione del estadounidense John Osborn. Sus características vocales son muy adecuadas para el personaje y para este estilo de declamato belliniano.

El resto des reparto está a gran altura. A destacar Fernando Radó, como Orobeso. Bien la Clotilde de Berna Perles y el Flavio de Juan Antonio Sanabria.
El Teatro Real acierta con esta obra del repertorio clásico que es un respiro para el aficionado tras haber asistido al interminable y descontextualizado Siegfried.

Texto: Paloma Sanz
Fotografías: Javier del Real
Vídeos: Teatro Real

Teatro Real

Sábado 13, 11.00 horas: el cicloÓpera en Cine proyectará la multipremiada producción de Billy Budd, de Benjamin Britten, estrenada en el Teatro Real en 2017 con entusiasta acogida del público y el reconocimiento unánime de la crítica nacional e internacional .

Con Billy Budd comienza el ciclo dedicado a Britten que incluye la proyección de Gloriana, el 5 de junio, y el estreno de la nueva producción de Peter Grimes, el  13 de abril.

Viernes 12 y sábado 13, a las 19.00 horas: Se ofrecerán dos funciones de la ópera Norma, con dirección musical de Marco Armiliato y escénica de Justin Way, en las que se alternarán en la interpretación del papel protagonista la soprano española Yolanda Auyanet y la rusa Hibla Gerzmava.

Domingo 14, a las 12.00 horas y a las 17.00 horas: dos nuevas sesiones familiares de ¡Todos a la Gayarre! descubrirán Los embrujos de una maga, cuyos hechizos giran en torno a Norma.

Domingo 14, a las 17.30: Pablo Heras-Casado volverá a colocarse al frente de un elenco de grandes voces wagnerianas y de la Orquesta Titular del Teatro Real, para representar la colosal partitura de Siegfried, tercera de las cuatro óperas que conforman el ciclo El anillo del Nibelungo, que se está presentando en cuatro temporadas sucesivas.

El Teatro Real se prepara para el fin de semana con una programación que se presenta en distintos formatos y para todos los públicos. En el escenario se alternarán dos grandes títulos de ópera, Norma y Siegfried; la Sala Gayarre se entregará al público familiar y en la sala principal dará comienzo el ciclo dedicado a Britten con la proyección de Billy Budd, que incluye la proyección de Gloriana, el 5 de junio, y el estreno de la nueva producción de Peter Grimes, el 13 de abril.

Estrenada en enero de 2017, Billy Budd  ha sido la producción más premiada del Teatro Real y cuenta entre sus galardones con el International Opera Award 2018 a la Mejor Nueva Producción y el Premio Olivier a la mejor nueva producción operística 2020 en el Reino Unido, además de los reconocimientos obtenidos por su grabación audiovisual, entre los que destacan los premios de las revistas Diapason (Diapason d’or) y BBC Music Magazine.

Tanto la versión de Billy Budd, que se proyectará el próximo sábado, como la nueva producción de Peter Grimes que veremos esta primavera, cuentan con dirección de escena de Deborah Warner, escenografía de Michael Levine, y la parte musical estará bajo la batuta del director musical del Teatro Real, Ivor Bolton.

Esta ópera coral, para la que Deborah Warner crea un espacio escénico de gran simbolismo y enorme complejidad técnica -el tumultuoso barco de Billy Budd se transforma en una inmensa cárcel flotante que refuerza la universalidad de la obra- contó con un elenco exclusivamente masculino que tuvo como protagonistas al barítono Jacques Imbrailo, el tenor Toby Spence y el bajo Brindley Sherratt, junto a las 60 voces masculinas del Coro Titular del Teatro Real y los niños de los Pequeños Cantores de la Comunidad de Madrid, que actuaron junto a la Orquesta Titular del Teatro Real.

El 5 de junio, también como parte de la programación de Ópera en Cine, se proyectará Gloriana, estrenada y grabada en el Real en abril 2018 (donde se representaba por primera vez en Madrid) bajo la atenta dirección musical del maestro Ivor Bolton, presente en las tres producciones confirmando su profundo conocimiento del compositor británico,  y dirección de escena de David McVicar, quien concibe una escenografía depurada y conceptual en el que el rico vestuario isabelino concebido por Brigitte Reiffenstuel asume un carácter casi escenográfico.

Completará el ciclo dedicado a Britten el estreno de Peter Grimes, considerada la ópera inglesa más importante desde los tiempos de Henry Purcell. El compositor construye en ella una oscura parábola sumergida en un ambiente marino, donde el conflicto entre la masa y el individuo, la rudeza de las vidas y de las pasiones de los habitantes de este pueblo del mar del Norte y el carácter complejo e impenetrable del protagonista, configuran una tragedia que fermenta y estalla sumida en el estruendo de los silencios y las habladurías. La directora de escena Deborah Warner vuelve al Real para estrenar esta coproducción realizada junto a la Royal Opera House de Londres, la Opéra national de Paris y el Teatro dell’Opera de Roma.

El viernes 12 y el sábado 13, reinará en el escenario Norma. Considerada una de las obras cumbres del belcanto, su extraordinaria belleza melódica enmascara una enorme dificultad vocal, especialmente en el papel protagonista, en cuya interpretación se alternarán la soprano española Yolanda Auyanet y la rusa Hibla Gerzmava. Su extraordinaria dramaturgia expone a los personajes en diferentes niveles y muestra con valentía sentimientos y actitudes casi ocultos hasta entonces en la mujer, en una producción concebida por Justin Way y dirigida musicalmente por Marco Armiliato.

Dos nuevas sesiones familiares de ¡Todos a la Gayarre!, Domingo 14, a las 12.00 horas y a las 17.00 horas descubrirán Los embrujos de una maga, cuyos hechizos giran en torno a Norma. Fernando Palacios, responsable del guion y la presentación, contará con la complicidad de la soprano Cristina Toledo y el pianista Aurelio Viribay. Juntos tratarán de averiguar qué quiere hacer la druida con “los hierbajos y aromas secretos” que atesora.

Y ese mismo domingo, por la tarde, Pablo Heras-Casado volverá a colocarse al frente de un elenco de grandes voces wagnerianas y de la Orquesta Titular del Teatro Real, para representar la colosal partitura de Siegfried, tercera de las cuatro óperas que conforman el ciclo El anillo del Nibelungo, que se está presentando en cuatro temporadas sucesivas.

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Entrevistamos a Annalisa «Adalgisa» Stroppa.
Llega con su mascarilla y tras ella una gran sonrisa, hay vida en la calle, ha salido el sol y se dispone a tomar un café en una terraza. Algo muy diferente a lo que ocurre en su Brescia natal. Es su décima producción de Norma, pero para ella es como la primera vez. Y es que nada es igual, tampoco para Annalisa Stroppa, una Adalgisa puramente belcantista capaz de describir con su voz todos los colores de las emociones que vive su personaje en escena.Brío Clásica: Annalisa Stroppa llega al Teatro Real para interpretar Adalgisa en la Norma, de Bellini, un compositor por el que siente debilidad. ¿Qué le atrae tanto de este compositor?Annalisa Stroppa: Adalgisa es un personaje al que quiero y me gusta por diferentes motivos. El primero es el estilo de escritura de Bellini. A parte de ser mi compositor favorito, siempre pone las voces por encima de todo. La expresividad que puede haber en cada palabra, para él es lo primero. Ninguno como Bellini ha dado tanta importancia al sonido, a la mezza voce, al legato y al declamato, conocido ya como declamato belliniano. Pero las partituras de Bellini no son fáciles. Los cantantes deben comportarse como atletas. Son necesarios diferentes colores de voz para poder expresar el texto y Bellini permite mucha libertad en la expresión.Esta es una de las razones por las que Wagner admiraba tanto a Bellini. Por esta escritura belliniana tan particular. Por eso, para mi es extraordinario poder utilizar la voz para expresar de esta manera, coloreando cada palabra. Para Bellini es muy importante la expresión y lo acompaña orquestalmente de una manera muy sutil. Es aquí donde está la dificultad, en que la orquesta tiene que sostener lo que dices, pero no como un acompañamiento, sino teniendo el mismo sonido y la misma intención con la que se expresa el cantante.B.C: ¿Cómo es vocalmete Adalgisa y qué dificultades tiene?A.S: En este momento puedo decir que esta música es mi territorio vocal. Me siento muy cómoda expresándome a través del bellcanto y del repertorio francés. Pero Bellini es lo que más se acerca a mi vocalidad en este momento.
La dificultad que tiene Adalgisa es su amplia tesitura, llega hasta el Do5. Pero, si la voz te lo permite y te sientes cómoda, es perfecto. Las partituras de Bellini tienen una línea melódica bellísima e inimitable. Con muy pocas notas te atrapa el corazón.A nivel de personaje y también vocalmente, es el contrapunto perfecto de Norma. porque ellas, en los duetos y en la cadencia, llegan a ser la misma persona. Sus voces se entrelazan y se funden en una sola. y esto es mágico. Deben tener una gran sincronización en el sonido y en la expresión. Cuando todo esto ocurre el resultado es espectacular.B.C: ¿Cómo es el carácter de la Adalgisa que construye Annalisa Stroppa?A.S: Adalgisa es una mujer muy pura, una mujer que permanece siempre fiel a sí misma desde el principio de la obra, siendo muy respetuosa con Norma, nunca la traiciona y siempre está cerca de ella. El rol de Adalgisa me permite jugar con la expresión y los matices de la voz. Al principio ella muestra su esfuerzo, sus dudas, su sufrimiento. Está tan enamorada de Polione que está dispuesta a dejar sus votos como sacerdotisa. Este es para ella un conflicto muy profundo, esta enamorada y, a la vez, quiere mantener la fidelidad a su Dios y a la vida religiosa. Esto requiere de una gran delicadeza a la hora de expresarlo. Ella teme la reacción de Norma cuando conozca sus intenciones. Descubre entonces la gran humanidad de Norma que comprende su situación. Hasta que se da cuenta de la doble vida de Norma y Polione y de sus dos hijos en común. ¡Cuantos colores y expresiones hay en este argumento!. Y Bellini permite traducir con la voz el color del amor, de la humildad, de la desesperación… Todo esto está en la música de Bellini. Hasta que en el dueto del segundo acto, se revela leal y coherente con Norma. Se quedará con ella para que pueda reunir a su familia y volver con Polione. Esto es de una pureza muy grande. Ella permanece fiel a Norma pues el traidor es Polione.Esta producción de Norma en el Teatro Real es además nueva para mi. Es la primera vez que trabajo con el maestro Marco Armiliato y con el Regista Justin Way, por eso es una experiencia nueva. Me he encontrado además con un equipo de colegas maravilloso. La labor que estamos haciendo entre todos es espectacular, aunque sea con mascarilla. Es empezar de nuevo a vivir y estoy feliz.B.C: Al enfrentarse de nuevo a este personaje en estos momentos, ¿qué emociones nuevas tiene o espera?A.S: Cada vez que voy a cantar, no canta solo Adalgisa, canta también una parte de mi. Y sobre todo ahora, después de todo lo que estamos pasando, de todo este sufrimiento que todos estamos viviendo, de ese silencio de nuestro interior que tiene ahora tanto que decir… Todas estas razones harán mi Adalgisa diferente. Porque vuelvo al escenario con el calor del público que tanta falta me hace. Yo se que me voy a emocionar, porque lo que hasta hoy era normal, ahora va a ser muy especial. Vuelvo a compartir las emociones y la atmósfera que se va a generar en ese momento, siempre diferente. Lo que ahora agradezco es poder estar aquí. Gracias al Teatro Real por darme esta oportunidad y lo que me gustaría es transmitir mi emoción a través de mi voz. No se cuando volveré a cantar otra vez, por eso ahora lo haré como si fuera la primera y la última vez. Sin preocuparme de nada, solo por la emoción de volver a cantar con un público que comparte conmigo esta emoción.Por eso mi Adalgisa ahora será muy diferente a las anteriores. Esta es la décima producción de Norma en la que participo, y todas mis Adalgisas son diferentes, por distintas razones. La madurez de la voz, la madurez de la persona y vivirlo de manera diferente. También influye la Norma que me acompaña. Recuerdo con especial cariño las producciones con la Señora Mariela Devia y Edita Gruberová, por ser dos damas históricas y grandísimos iconos de la ópera.

B.C: Cuando sale del teatro, después de haberlo dado todo por un personaje como este, ¿Cómo se libera una de un roltan intenso?

A.S: No es fácil liberarse de un personaje así. Lo sientes tan fuerte en tu propia piel, que creo que hasta el final de la producción, incluso semanas después, forma parte de ti. Porque lo construyes, lo vives y le descubres siempre algo nuevo que, al final, lo llevas contigo. No son dos personas separadas, están juntas. Es como un juego muy divertido porque, a veces, los directores, me llaman Adalgisa en lugar de Annalisa (risas).

Yo no tengo capacidad de vivir de manera separada las dos personas. En el escenario llevo una parte de Annalisa con sus emociones, su vida… y las traduzco en las emociones de Adalgisa. No puedo separarlas. A veces sucede que, después de interpretar un papel, tienes que empezar rápidamente con otro, sin el tiempo necesario para decantar, como el vino, un nuevo personaje pasando página del anterior. Cuando abandonas un personaje tienes que despedirle con respeto y saludar, también con respeto, al nuevo personaje. Son nuestras pequeñas criaturas, que has elaborado con tiempo, con amor y cuidado para crear algo especial que forma parte de ti y que no desaparece de repente tras la última función.

B.C: Cuando llega a una ciudad, como ahora a Madrid, ¿cómo es el día a día fuera y dentro del teatro?

A.S: Ahora no es fácil porque lo que estamos viviendo no es normal. Siempre te cuidas, descansas, cuidas la voz pero, claro, en el día libre podía ver amigos, visitar un museo, dar un paseo por la calle… Para mi no ha sido un cambio muy grande en este aspecto pero, lo que más se nota es la tristeza. Aquí en Madrid no he sentido mucho este cambio porque la gente del teatro me hace sentir tan bien, es increíble como te cuidan. Están siempre atentos a todas las necesidades que puedas tener, a cómo te sientes. Con esto lo que demuestran es que todo esto se puede hacer y se puede hacer bien.

Siempre que llego a Madrid me siento como en casa. Por eso estar aquí para mi es tan especial. Me siento muy querida y apreciada. Si tuviera que elegir otro país donde vivir, sin duda sería España.

Sin duda es muy importante la salud física, pero es también muy importante la salud mental y emocional y la música nos cura. Es como una medicina del alma. Hay mucho público que quiere volver al teatro y espero que en Italia se pueda encontrar muy pronto una solución, por el público, por nosotros y por toda la familia que está dentro del escenario, que no se ve y que lo está pasando muy mal. El teatro es un engranaje de una máquina que funciona cuando todas las partes están presentes, como la vida.

B.C: ¿Qué opina que Madrid esté siendo casi la única ciudad de Europa que tiene los teatros abiertos?

A.S: ¡Es un milagro!. Yo, hasta el último minuto antes de tomar el avión para llegar hasta aquí, no sabía si podría venir. No me lo creía, por eso digo, ¡viva Madrid!, que ha puesto la música y la cultura en un lugar importante. La salud es importante, la economía es importante pero… no se puede quitar a la gente la posibilidad de soñar, de vivir y de compartir emociones, esto forma parte de la vida. La música es oxígeno, es vida. Gracias Madrid por ser un ejemplo en el que pueden inspirarse los demás, es la demostración de que se puede hacer. Madrid es un ejemplo de como se puede seguir adelante.

B.C: En mayo volvió a los escenarios en Wiesbaden, ¿cómo fue esa experiencia en un momento tan dramático como el que estábamos pasando?

A.S: Marzo y abril fueron unos meses muy crueles en el lugar donde yo vivo. En dos meses no pude cantar porque en ese momento había mucho sufrimiento, muchas víctimas. Era como una guerra. Y la voz participaba de este luto y no sentía la necesidad de volver a cantar.

Wiesbaden ha sido como un arco iris en el cielo después de la lluvia y la tormenta. Yo tenía este contrato hacía tiempo y pensaba que el recital se iba a cancelar. Pero no se canceló. Alemania decidió representarlo sin escenificación y lo organizaron todo. Al llegar al aeropuerto de Malpensa, desértico, yo empecé a llorar al ver a toda la gente cubierta con trajes de protección, era todo increíble. Cuando llegué a Alemania, su situación sanitaria no era tan mala y todo me pareció como un sueño. No lo podía creer.

La peculiaridad es que tenía que hacer la función sin coro y sin orquesta, era una selección de arias y duetos de Carmen y en el camerino estaba yo sola. Había llevado una maleta con vestidos similares a los de la producción, pero míos. Cantaba un aria, volvía al camerino a cambiarme para la siguiente aria pero lo hacía todo sola, no había nadie para ayudarme o indicarme. Al final, lo importante es que la música estaba ahí y yo estaba cantando. En el teatro había unas 200 personas y me pareció que estaba lleno. Ese día salió de mi todo lo acumulado en mi corazón los meses anteriores. Todo el sufrimiento, todas las emociones, todas las reflexiones, todo traducido en música. Creo que esta intensidad llegó al público porque al final lloramos juntos de la emoción. Es algo que no podré olvidar.

B.C: ¿Cómo se está trabajando ahora de cara al futuro, no tiene que ser fácil preparar una agenda?.

A.S: No, no lo es. Lo difícil es reorganizar todas las cancelaciones que ha habido todo este año. Yo tengo actuaciones que se habían cancelado y ahora se han programado en fechas donde ya tengo otros compromisos. La situación es complicada para conseguir cuadrar fechas, a pesar de la incertidumbre. Pero soy una cantante muy afortunada porque en estos meses he podido seguir trabajando, menos marzo y abril que para mi han sido meses de silencio.

Nuestra vida era muy acelerada, siempre corriendo y viajando a todas partes y, de repente, todo se paró. Durante esos meses he tenido mucho tiempo para reflexionar, para disfrutar de mi familia. Empiezas a dar valor a las cosas pequeñas, aquellas cosas que son realmente importantes. Es extraño porque descubrimos cosas que ya sabíamos pero que observas con otro punto de vista.

B.C: ¿En qué situaciones especiales se ha visto profesionalmente en estos meses?

A.S: Todo lo que ha pasado nos ayuda a redimensionarnos. He cantado en streaming en un teatro vacío y he llorado de emoción. He cantado en el cementerio de Bérgamo como homenaje a las víctimas de nuestra tierra. En abril pude cantar en la misa de Pascua en mi ciudad, después de dos meses en que mi voz no quería expresarse pero, en esos momentos, la voz se proyecta. Y lo hace porque tiene un motivo, era como una plegaria. La voz retomó su camino para volver a cantar porque, al final, no cantamos solo con la cabeza. Estamos acostumbrados a cantar en situaciones diversas, pero estas han sido especiales.

Entrevista: Paloma SanzAdalgisa-AnnalisaStroppa

Norma

Música, drama y emoción serán absolutos protagonistas del escenario del Teatro Real con la llegada de Norma, ópera de Vincenzo Bellini (1801-1835), de la que se ofrecerán 12 funciones entre el 3 y el 19 de marzo en una nueva producción concebida por el director de escena Justin Way, con dirección musical de Marco Armiliato.

 Considerada una de las obras cumbres del belcanto, su extraordinaria belleza melódica enmascara una enorme dificultad vocal, especialmente en el papel protagonista, y con ella Bellini manipula como nadie las emociones más encendidas del melodrama. Norma posee, además, una extraordinaria dramaturgia que expone a los personajes en diferentes niveles y muestra con valentía sentimientos y actitudes casi ocultos hasta entonces en la mujer. Es, quizás, esa percepción fuerte y moderna del mundo femenino la que hace de esta ópera uno de los títulos más deseados de la temporada.

 Justin Way sitúa la acción en el interior de un viejo teatro italiano con toda la compañía ensayando Norma. En el exterior, el siglo XIX, que ha comenzado marcado por el Congreso de Viena tras la derrota de Napoleón, mantiene el norte de Italia bajo la dominación austriaca, cuyo gobierno reaccionario provoca el nacimiento de los primeros movimientos nacionalistas. Entre ambos mundos, los dos intérpretes principales de la función mantienen una relación secreta sometida a tensiones personales y sociales, inmersa en un conflicto  que no saben gestionar.

La propuesta plantea un paralelismo entre el argumento de la ópera y la realidad histórica del momento de su estreno en Milán en 1831, ofreciendo al espectador la dualidad prima donna/Norma, austriacos/romanos, coro/patriotas italianos…en una narración de la que es doblemente observador.

La escenografía de Charles Edwards reproduce la estructura de un teatro en decadencia, con viejos telones pintados similares a los utilizados por los grandes ballets románticos, y el vestuario de Sue Willmington dibuja una imaginativa indumentaria para druidas y romanos, muy al gusto de la época, alternándose con figurines decimonónicos para la vida “real”. Nicolas Fischtel, responsable de la iluminación, evoca las candilejas de los escenarios de otros tiempos, cuya cálida luz contribuye al juego onírico en el que conviven ambas realidades.

El maestro Marco Armiliato, de cuya sensibilidad pudimos disfrutar en Tosca (2004) y Madama Butterfly (2017) regresa al foso del Teatro Real para ponerse al frente del Coro y la Orquesta Titulares, junto a un doble reparto encabezado por la soprano española Yolanda Auyanet – a quien escuchamos en el Real como Vitellia en La clemenza di Tito (2016); Mimi en La bohème (2017) y Liu en Turandot (2018)-  y la rusa Hibla Gerzmava, intérprete de Leonora en Il trovatore del Real en 2019.

Completan el trío protagonista los tenores Michael Spyres y John Osborn, encarnando al romano  Pollione y las mezzosopranos Clémentine Margaine y Annalisa Stroppa, dando vida a la virginal Adalgisa. El papel de Oroveso estará en manos de los bajos Roberto Tagliavini y Fernando Radó.

En torno a este título, el Teatro Real ofrecerá una nueva sesión de Enfoques en la que participarán los principales artistas de la producción y donde se interpretará el aria de Oroveso compuesta en 1837 por Richard Wagner “a la manera de Bellini”, en complicidad con el compositor de Siegfried, cuyas representaciones se alternarán durante este mes con Norma. La cita será el próximo miércoles, 24 de febrero, a las 20.15 horas en la Sala Gayarre (a la que se puede asistir con aforo limitado) y on line a través del canal de Youtube del Teatro. Y el día 14 de marzo, con el tono alegre y desenfadado de los talleres familiares ¡Todos a la Gayarre!, entre pócimas y conjuros, descubrirán la otra cara de Norma.

Debido al toque de queda vigente en la Comunidad de Madrid, relativa a los protocolos Covid-19, todas las funciones de Norma darán comienzo a las 19.00 horas, con excepción del domingo 7 de marzo, que será a las 18.00 horas.

ACTIVIDADES PARALELAS · NORMA

Museo Arqueológico Nacional

24 de marzo, a las 17.30 horas. Visita guiada: Norma. Veni, vidi, vici. Roma conquistadora

Aforo limitado. Información

Veni, vidi, vici. Así señalaba Julio César la rapidez con la que se consigue un éxito. En este itinerario nos trasladamos a época romana para conocer cómo se fue forjando lo que acabaría siendo uno de los mayores imperios. Un ejército muy bien estructurado, una lengua común, el derecho romano y otros aspectos serán claves para la romanización de Hispania.

Museo Nacional del Romanticismo

Marzo. Una obra, una ópera.

Actividad gratuita

Para Una obra, una ópera, el Museo del Romanticismo ha seleccionado un conjunto de figuras policromadas de su colección, datado hacia 1840, que recuerda a una escena de la ópera en la que Norma, cuchillo en mano, entra en la habitación donde duermen los niños. Polión, por su parte, con su mano derecha en el corazón parece conmovido en la escena final de la obra, en el momento en el que Norma expresa ante el pueblo su amor por Polión y reconoce haber infringido sus votos sagrados.

Fotografía: Javier del Real

Annalisa Stroppa

La mezzosoprano italiana vuelve al coliseo madrileño ahora con la ópera de Bellini e interpretando a uno de sus personajes favoritos en una temporada que también la llevará a actuar en Nápoles, Piacenza, Florencia, Festival de Savonlinna en Finlandia y al Festival Arena de Verona.

Adalgisa es un personaje de una pureza extraordinaria”, afirma la cantante italiana Annalisa Stroppa ante su próximo compromiso madrileño con la ópera Norma de Vincenzo Bellini. Nacida en Brescia, Stroppa se ha impuesto en las programaciones de los grandes teatros del circuito internacional y ahora acaba de llegar a Madrid para iniciar los ensayos de la ópera belliniana, cumbre del bel canto romántico, que ha programado el Teatro Real. Con dirección de escena de Justin Way y con Marco Armiliato en el podio, Annalisa Stroppa asumirá el rol de la joven sacerdotisa los días 4, 7, 10, 13, 17 y 19 de marzo en el escenario madrileño.

Cada vez que interpreto a Adalgisa disfruto de las vivencias de esta joven sacerdotisa atrapada en las redes de su primer amor. En ella todo es etéreo y la veo como una gran soñadora que, sin embargo, madura a lo largo de la ópera debido a la realidad a la que se enfrenta, muy lejana a sus fantasías, a causa del engaño de Pollione. Se trata de un personaje plagado de matices que procuro transmitir sumergiéndome en todos los sentimientos que el compositor plasmó en la partitura”, continúa la mezzo italiana. “Desde el punto de vista vocal es un rol difícil de interpretar y, al mismo tiempo, maravilloso; tengo claro que la belleza e ingravidez de las melodías de Bellini ayudan a que afloren los sentimientos más íntimos y profundos del ser humano; el suyo es sin duda el canto del alma, razón por la que adoro su música”, concluye.

Annalisa Stroppa conoce muy bien el personaje de Adalgisa, puesto que lo ha interpretado en grandes escenarios como los del Teatro Massimo de Palermo, el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, el Calderón de Valladolid, el Teatro Verdi de Padua, el Staatstheater Wiesbaden, el Carlo Felice de Génova, el Colón de Buenos Aires, la Bayerische Staatsoper de Múnich o el Teatro San Carlo de Nápoles.

La mezzosoprano italiana se muestra entusiasmada de volver a España, un país, asegura, en el que se siente “como en casa. Me encanta la comida, el idioma, el carácter de la gente… Y es uno de los pocos países en los que, a pesar de la pandemia que tan negativamente ha afectado a la sociedad, ha sabido defender la cultura con teatros abiertos, los cuales están haciendo grandes esfuerzos para seguir adelante con sus programaciones con todas las medidas de seguridad necesarias. Por eso siento unas ganas inmensas de regresar ante el público madrileño”.

Tras su paso por Madrid, Annalisa Stroppa seguirá con su agenda internacional que la llevará al Teatro San Carlo de Nápoles para dar vida a Suzuki en Madama Butterfly, además de cantar el Requiem de Verdi en el Teatro Municipale de Piacenza, el rol de Preziosilla de La forza del destino en el Maggio Musicale Fiorentino, su aclamada Rosina de Il barbiere di Siviglia en el Festival de Savonlinna en Finlandia y Fenena de Nabucco en el Festival Arena de Verona.

Fotografía © Silvia Lelli

Annalisa Stroppa

Teatro Real

Ante la situación de alarma sanitaria que la sociedad española está viviendo y que obliga a los ciudadanos a permanecer recluidos en sus domicilios, el Teatro Real quiere contribuir a hacer más llevaderos estos difíciles días compartiendo con todos lo que mejor sabe hacer, música, teatro y ópera.

Para ello, pone a disposición de todo el público en España, a partir de mañana, miércoles 18 de marzo, de manera totalmente gratuita, su plataforma de video “My Opera Player”, en la que podrán disfrutar de todos los títulos de ópera, danza y conciertos que ya ofrece en su catálogo y a los que se irán incorporando en los próximos días, registrándose en el enlace www.myoperaplayer.com  e introducir código OperaEnCasa.

El Teatro Real incluye en “May Opera Player” algunas de sus producciones más emblemáticas como La Bohème (Puccini), La traviata (Verdi), El barbero de Sevilla (Rossini), Las bodas de Fígaro y Cosi fan tutte (Mozart), El holandés errante y El oro del Rin (Wagner), Los cuentos de Hoffman (Offenbach) o Werther (Massenet).

Todos los títulos, además de la representación, incluyen interesantes entrevistas con los directores y protagonistas, información de la obra y reportajes, todos ellos de acceso gratuito.

Por su parte, el Teatre del Liceu aporta óperas como Norma (Bellini), Rigoletto (Verdi) o Capuleti e Montecci (Bellini).

En los próximos días se subirán a la plataforma los siguientes títulos:

Jueves 19 : Aida (Verdi) Teatro Real (2018); viernes 20: Madama Butterfly (Puccini) Teatro Real (2017);  sábado 21: Romeo y Julieta (Gounod) Gran Teatre del Liceu (2018),  domingo 22: Un ballo in maschera (Verdi), Gran Teatre del Liceu (2017); lunes 23, La traviata (Verdi) Teatro Real (2015) y martes 24, Macbeth (Verdi), Gran Teatre del Liceu (2017).

“My Opera Player” es un proyecto liderado por el Teatro Real del que forman parte grandes teatros de ópera como el Gran Teatre del Liceu, el Gran Teatro Nacional de China,  el Colón de Buenos Aires o el Teatro San Juan Bicentenario de Buenos Aires.

Junto a ellos, destacados centros culturales de nuestro país como Patrimonio Nacional, que aporta grabaciones de los conciertos celebrados en el Salón de Columnas del Palacio Real;  Televisión Española, que ha seleccionado grandes momentos de su archivo histórico musical, y la Fundación Albéniz, con algunos de sus conciertos.

“May Opera Player” fue puesta en marcha por el Teatro Real en noviembre de 2019, y ha contado, con la participación tecnológica de Telefónica y Samsung, y el patrocinio de Endesa.

Para cualquier información o aclaración sobre “My Opera Player”, existe un servicio de atención al espectador que está disponible a través del correo electrónico soporte@myoperaplayer.com

Pérez-Sierra dirige Norma

El director madrileño José Miguel Pérez-Sierra vuelve a Pamplona esta vez para dirigir la ópera Norma, la más popular de las obras de Vincenzo Bellini, y lo hará en el Auditorio Baluarte de Pamplona. El músico español, uno de los más destacados expertos en el repertorio del bel canto romántico representado sobre todo por las obras de Bellini, Rossini y Donizetti, se pondrá al mando de un montaje del director de escena argentino Mario Pontiggia y contará con la soprano Lianna Haroutounian en el papel titular junto a la Adalgisa de Susana Cordón, al Pollione de Sergio Escobar y al experimentado Oroveso de Simón Orfila. “Norma es una de las obras cumbre no solo del estilo belcantista, sino de todo el repertorio italiano”, afirma Pérez-Sierra, que dirigió la obra por primera vez hace más de una década. “Se trata de una prueba de fuego no solo para la soprano protagonista, sino para toda la compañía, y que es muy exigente para la orquesta y el coro. Constituye todo un reto”.

La ópera de Bellini se representará los días 7 y 9 de febrero en el Auditorio Baluarte de la capital navarra. Posteriormente le esperan al maestro Pérez-Sierra tres funciones de L’elisir d’amore de Donizetti en la temporada de Las Palmas de Gran Canaria y otras tantas de la zarzuela El barberillo de Lavapiés en el Teatro de La Maestranza de Sevilla.

Web José Miguel Pérez-Sierra

Web Baluarte

Con estas palabras Annalisa Stroppa define al personaje de la ópera Norma de Bellini que defenderá los días 2, 4, 5 y 7 de diciembre en su esperado regreso al Teatro Colón de Buenos Aires: “Adalgisa es un papel fascinante que se enfrenta a Norma por amor, pero a quien se une al comprender el drama que atraviesa”.

La mezzosoprano italiana debutó en el mítico escenario argentino en agosto de 2012 de la mano de Riccardo Muti (I due Figaro, Mercadante). “Cantar en el Colón es una gran experiencia para cualquier músico o cantante, ya que se trata de uno de los teatros con mejor acústica de los que he escuchado, siendo además una sala inmensa y de impresionante belleza”. Stroppa no ha vuelto a actuar en Argentina desde ese ahora lejano debut. “Ha pasado mucho tiempo y muchos personajes desde esos inolvidables I due Figaro que llevamos a varias ciudades con el maestro Muti y que marcaron el comienzo de mi carrera, por eso me hace especial ilusión que el entendido público de Buenos Aires pueda escucharme en el momento vocal que ahora estoy viviendo y que me ha permitido ir ampliando mi repertorio”, apunta la cantante. La intérprete italiana, sin duda una de las mezzosopranos que más está dando que hablar en el panorama internacional, se ha metido en la piel de Adalgisa de Norma en varios escenarios, desde el Teatro Massimo de Palermo al Gran Teatre del Liceu de Barcelona, pasando por el Staatstheater Wiesbaden –junto a Edita Gruberová–, el Teatro Verdi de Padua o el Carlo Felice de Génova.

Annalisa Stroppa aterrizará en Argentina después de haber interpretado el personaje protagonista de Carmen este verano en el Festival de Bregenz (Austria), a Siébel de Faust de Gounod en la inauguración de la temporada del Teatro Real de Madrid y a Fenena de Nabucco en Padua. Entre sus próximos compromisos destacan su regreso a Padua con La Cenerentola, Il Barbiere di Siviglia en Berlín, su debut como Nicklausse de Les Contes d’Hoffmann en Nápoles, Madama Butterfly en Múnich, el Stabat Mater de Rossini en Verona y Così fan tutte en Las Palmas de Gran Canaria.

Annalisa Stroppa

Teatro Colon

Fotografía: Víctor Santiago

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Vive entusiasmada por una profesión para la que se ha preparado respetando los tiempos. Sin prisa, como hacen quienes conocen y aman la lírica. Su voz tersa y esmaltada y su expresividad sobre el escenario, han conseguido que sea cada vez más reclamada en los escenarios y por los directores más importantes del mundo. Extraordinariamente cercana, Annalisa Stroppa hechiza con su encanto y energía, dentro y fuera de escena.Brío Clásica: Cuéntenos un poco cómo fueron sus inicios en el mundo de la lírica.

Annalisa Stroppa: La verdad es que desde que era una niña tenía las ideas bastante claras: de mayor quería ser cantante!!

Pero en realidad ha sido un camino gradual y un objetivo que nunca había imaginado conseguir; lo soñaba, lo deseaba, lo esperaba, pero finalmente llegó!!! Entré en el mundo de la lírica pasito a pasito, tras conseguir primero mi diploma en el conservatorio y después ganar diversos concursos de canto en Italia e internacionales, que para mí eran muy importantes porque confirmaban que iba en la dirección correcta y a su vez me animaban a seguir por el mismo camino. Empecé cantando recitales de cámara, después pequeños roles operísticos y poco a poco personajes más protagonistas y en contextos, teatros y producciones cada vez más importantes. También empecé a hacer mis primeras audiciones en teatros, pero el verdadero trampolín fue indudablemente mi primer rol protagonista a nivel internacional, que fue Cherubino en I due Figaro, de Mercadante, bajo la dirección del maestro Muti… Muy pronto me ofrecieron la gran oportunidad de debutar la Rosina de Il Barbiere di Siviglia en la Ópera de Roma con la dirección del maestro Bruno Campanella, y de ahí me vi en los mejores teatros del mundo ¡Un sueño hecho realidad!

B.C: ¿Cómo fue el momento en el que descubrió que tenía un instrumento propio?

A.S: Empecé a acercarme a la lírica gracias a mis abuelos, con quienes pasaba muchas tardes al salir del colegio; ellos escuchaban a los tres tenores (Domingo, Pavarotti y Carreras) y también a Mario del Monaco. ¡Sí, todos tenores! Gracias a ellos empecé a descubrir las grandes arias de ópera y trataba de imitarlos. Así descubrí que tenía una voz importante, especial, y de ahí nació el deseo y la voluntad de ser cantante. Recuerdo que a la edad de 8 y 9 años cantaba “ Nessun dorma”, “O sole mio”,” Parlami d’amore Mariù”, “Un’amore così grande”!!! Ahí descubrí que la naturaleza había sido generosa conmigo y me había dado una voz especial; tenía dentro de mí un tesoro que no podía estropear sino aprender a utilizarlo de la mejor manera. De mi abuela paterna heredé la voz y de la abuela materna, la pasión por la lírica. No tuve que construir mi voz; la voz estaba ya ahí de forma natural, puesta y colocada, obviamente para desarrollarse; por eso estudié mucho y trabajé la voz muchísimo hasta hoy mismo, porque nunca se finaliza de estudiar, pero tengo que decir que tuve la suerte de tener voz, que siempre he considerado como un gran don.

Al principio, siendo casi adolescente, me dijeron que para estudiar canto era todavía muy joven, que mi voz no estaba totalmente cambiada a la voz adulta, y por eso empecé a estudiar música; me admitieron en el Conservatorio para estudiar piano y después, alrededor de los 20 años la voz estaba finalmente lista y madura para afrontar el estudio de canto, además tenía ya a mis espaldas una buena preparación musical en la que pude apoyarme y empecé a estudiar canto en el Conservatorio de Brescia, mi ciudad natal (cerca de Milán).

Estudiaba en el Conservatorio y al mismo tiempo preparaba los exámenes de la universidad y trabajaba unas horas enseñando música en una escuela de primaria. Cuando pienso en ello aun no entiendo como pude con todo; creo que fue porque tuve una gran fuerza de voluntad para sacar energía para afrontar todo. Tengo que decir que siempre he tenido el buen ejemplo de mi familia; ellos me enseñaron el espíritu del sacrificio y del trabajo para conseguir lo que quería. Aunque era duro y muy cansado amaba todo lo que hacía, la docencia a niños, mis estudios en la universidad y sobre todo cantar!!!

Adoro esta profesión; cantar no es solo parte de mí, sino que envuelve mi vida en 360 grados y es maravilloso haber podido realizar mi sueño. No podía imaginarlo porque no se puede entender una cosa hasta que no la vives en primera persona; aún con todas las dificultades y la lejanía de mis seres queridos (esta carrera te obliga a estar muchos meses fuera de tu casa), cuando salgo al escenario y sé que he dado lo mejor de mí, el aplauso del público recompensa todo el esfuerzo. Después de años de estudio me veo en los carteles de los mejores teatros del mundo y eso es una gran satisfacción. Me siento de verdad muy afortunada porque he conseguido hacer, de mi pasión, mi trabajo, y doy gracias por ello. Me siento realizada, soy muy feliz y espero seguir adelante así por muchos años.

B.C: ¿Cómo se produjo su selección a cargo de Muti para debutar en el Festival de Salzburgo? ¿Fue este un momento de inflexión en su carrera?

A.S: Sí. Tuve la magnífica oportunidad de que me escuchara en una audición la señora Cristina Muti y el director del Teatro de Ravenna Angelo Nicastro. Hasta aquel momento había cantado solo conciertos y algunos roles pequeños. La audición fue bien y me propusieron hacer de “cover” en la producción de la Betulia Liberata di Mozart (Carmi) dirigida por el maestro Muti en Salzburgo. Justo después me propusieron estudiar el rol de Cherubino en I due Figaro para presentarme a las audiciones de ese personaje específico en las que estuvieron presentes también el maestro Muti y el regista Emilio Sagi, y me adjudicaron el rol!!

Así, I due Figaro de Mercadante coincide con mi primer rol protagonista a nivel internacional. Un maravilloso rol en travesti. El estreno en escena tuvo lugar en Austria, en el prestigioso escenario de la Haus für Mozart de Salzburgo en 2011; después el espectáculo se repuso en el Teatro Alighieri de Ravena, en 2012 en el Teatro Real de Madrid y en el Colon de Buenos Aires.

Formaba parte de un estreno absoluto de una ópera redescubierta y nunca representada hasta ese momento en el prestigioso Festival de Salzburgo, un evento del que estaban pendientes todo el mundo de la ópera!!

Naturalmente estaba muy emocionada porque sentía que aquel momento representaba mi punto de partida; era absolutamente desconocida y me presentaba de golpe en el panorama internacional. La verdad es que me siento muy agradecida al maestro Muti y a todos los que contribuyeron en ser elegida porque esto me dio la oportunidad de aprender y crecer muchísimo como artista. Tengo un recuerdo muy bonito del final de la primera función, con una enorme satisfacción ¡Lo había conseguido! Digamos que fui capaz de romper el hielo con fuerza y firmeza.

Después de años de estudio y de mucho sacrificio aquí estoy, en teatros importantes, como en la maravillosa inauguración de la Scala dirigida por Riccardo Chailly o ahora en el Teatro Real; en España también he tenido la suerte de cantar en el Liceu de Barcelona, en Bilbao, en Valladolid, en Manorca y en Las Palmas de Gran Canaria.

B.C: ¿Cómo describiría las características de su voz?

A.S: Soy una mezzosoprano lírica. Afronto principalmente roles de bel canto y de repertorio francés. Creo que este repertorio se adapta perfectamente a mi vocalidad y a mi carácter. Me gusta espaciar entre los diversos autores para que mi voz se adapte bien a la vocalidad y a la escritura de cada compositor.

B.C: Su repertorio es muy amplio. Va desde Rossini a Verdi, pasando por Mozart. Rossini requiere agilidad, Verdi, dramatismo y Mozart, un poco de todo. ¿Con cuál de ellos se siente más cómoda en la interpretación?

A.S: Autores del siglo XVIII, como Mozart, o como Rossini que es posterior, han sido un bálsamo para mi voz, sobre todo durante el periodo de estudios y en los primeros años de carrera. Se aprende a cantar “sul fiato”, a reconocer la importancia de la palabra en los recitativos, el fraseo, el “legato”; todos estos elementos también forman parte de los estilos que siguieron más tarde y por eso volver de tanto en tanto a Mozart y Rossini es siempre un placer. En cuanto a Verdi por el momento me he acercado solo con la Meg de “Falstaff” y Fenena de “Nabucco”. Me siento muy cómoda con los personajes que he ido incorporando, como comentaba antes respecto del repertorio francés del siglo XIX.

Pero si tuviera que escoger un compositor en este momento me inclinaría por Bellini porque su música exprime algo superlativo combinando pocas notas en un modo magistral. Bellini amaba y conocía las voces y tenía una capacidad inimitable para apelar a los grandes sentimientos: es pura poesía que toma forma gracias al “legato”, la pureza del sonido, el arte del declamado, permitiendo al intérprete utilizar una vasta gama de colores vocales. Roles como Adalgisa o Romeo vocalmente cubren una extensión muy amplia, requiriendo uniformidad en la voz desde las notas graves a las extremadamente agudas; además, un excelente “legato” exigiendo mucho dominio de las agilidades. Me encanta la pureza de su línea melódica y la riqueza de sentimientos que traspasa cada una de las notas de sus obras. Intento atesorar esta escritura valorizándola con el fraseo, el “legato” y la “messa di voce”.

B.C: ¿Qué características técnicas resaltaría de cada uno de los compositores citados a la hora de abordar su música?

A.S: Todo tipo de repertorio se afronta con la misma técnica de base, pero aparte de eso hay en cada caso hay que utilizar de manera diversa nuestro instrumento. Verdi exige decididamente mayor “pulpa” –o peso específico– y hay que traspasar una orquestación muy diferente de un Mozart o un Rossini, por ejemplo. El mismo discurso es válido para el bel canto o para el “verismo”. La voz es como un guante que se adapta a diversas exigencias. Rossini, Bellini y Donizetti, con tipos de escritura y estilos diversos, tienen en común el hecho de que aman y valorizan las voces y que dejan al intérprete una gran libertad para acomodarse al acompañamiento orquestal que los sostiene. Los cantantes son como atletas en este repertorio en el cual se debe asumir todo con la pureza del sonido, aspecto que no es tan evidente en otros compositores. Todo está en el fraseo, en el “legato”, en la “messa di voce”, en la importancia de la palabra: Rossini se distingue por los declamados y la coloratura, Bellini per su inigualable pureza de su línea melódica y Donizetti per el corte dramático, la profundidad psicológica –y patética– de sus personajes actuando con una nueva sensibilidad romántica. Donizetti fue el precursor directo de Verdi.

B.C: ¿Cómo prepara Annalisa Stroppa un nuevo rol y cuáles son los criterios de selección?

A.S: Creo que para escoger nuevos roles o autores solo hace falta escuchar tu propia voz y respetar las posibilidades de la voz en cada momento: la voz te guía y te indica el repertorio más correcto y más sano para afrontar.
Nunca he tenido la pretensión de poder cantar todo porque creo que conociendo bien tu voz es cuando puedes exigirle un esfuerzo y dar el máximo de ti.
Cuando estudio un nuevo rol me meto de lleno en el estudio del libretto y de la partitura encontrando mi forma personal de interpretar el personaje.

En cuanto a las tramas basadas en temas históricos, como Anna Bolena por ejemplo, me documento todo lo que puedo para hacerme una idea precisa de cómo fue el personaje histórico y qué carácter tenía con el fin de dar mi propia caracterización, ya sea interpretativa que vocal.
Creo que este es un aspecto maravilloso de mi trabajo, es decir, dejar mi huella y parte de mi haciendo mío cada personaje que afronto.

B.C:- Está en Madrid para participar en Faust, de Gounod, en el estreno de temporada del Teatro Real. Háblenos de esta obra y de su personaje, Siébel, que tiene momentos de gran belleza y lirismo.

A.S: Gounod te captura y te enamora con una melodía extraordinaria, hipnótica, sensual, irresistible; pone en música la prosodia francesa en un modo sublime. Fausto es una ópera de una extraordinaria belleza, muy rica en distintos aspectos: en ella encontramos una mezcla de canto narrativo (casi declamado), valses corales, momentos conmovedores, una gran intensidad expresiva e intimismo lírico; por eso tantos compositores de la segunda mitad del “Ottocento” se inspiraron en él: entre ellos Massenet, Bizet, Debussy o Ravel.

Gounod se basa en una historia que desde hace siglos ha inspirado no solo a músicos y libretistas, sino también a poetas, novelistas y pintores. La fascinación de esta historia está ligada probablemente a los temas universales que trata, como la lucha entre el bien y el mal, la fe, el amor, la fugacidad de la vida terrenal; en definitiva, verdaderos motivos, propios de nuestra cultura y que son magistralmente tratados por el compositor.

En la ópera Sièbel, el personaje que yo interpreto, es bellísimo y positivo, leal, con una presencia constante y sensible junto a Marguerite; ha prometido a su hermano, que tuvo que irse a la guerra, de velar por los suyos y Sièbel es efectivamente el único que la apoya hasta el final. Seducida y abandonada por Faust, despreciada por todos, y maldecida por su hermano Valentine, solo Sièbel le sigue siendo fiel y solo le reconforta la fe. Sièbel por su parte prueba un amor puro por Marguerite, de hecho le dedica la primera aria, que es preciosa: “Faites-lui mes aveux”, en la que le traspasa su carácter romántico y juvenil con el entusiasmo y la alegría de un joven que derrotó la maldición de Mefistófeles, quien después de haber mojado su mano en agua bendita, puede recoger flores para su amada sin que estas se marchiten.

Entre los roles que he afrontado, he tenido la suerte de interpretar varios en travesti.

Para una mujer interpretar un rol masculino es todo un reto como actriz. Procuro siempre observar lo más posible las actitudes y movimientos de los hombres, desde los niños (pienso en Hänsel) hasta los adolescentes (por ejemplo Cherubino o Romeo), o hombres más maduros (como Ascanio o Orfeo), y trato de encontrar el modo de sumergirme lo más posible en el rol que debo interpretar. ¡No es fácil pero es posible! Lo importante es conseguir identificarte con el personaje y todo lo demás, el movimiento, la voz y las indicaciones del director de escena, viene un poco solo.

Mi primer rol en travesti fue Cherubino en I due Figaro de Mercadante, y después he podido meterme en la piel del Cherubino mozartiano, de Orfeo en Orfeo ed Euridice,de Gluck, de Stéphano en Roméo et Juliette de Gounod, y también Hänsel en la encantadora fábula de los hermanos Grimm Hänsel y Gretel con música de Humperdinck. La pasada temporada interpreté Ascanio en Benvenuto Cellini de Berlioz y Roméo en I Capuleti e i Montecchi.

En el Teatro Real cantaré Sièbel de Faust, así que podríamos decir que tengo ya ocho roles en travesti en mi repertorio.

Estoy muy emocionada porque en la próxima temporada debutaré Nicklausse de Los Cuentos de Hoffman en el San Carlo de Napoli.

B.C: La escenografía de Faust está a cargo de Alex Ollé, al frente de La fura dels Baus. Las escenografías de Ollé suelen ser muy potentes, ¿Qué le parece y cómo se desenvuelve en ella? En general, ¿qué tal se lleva con los directores de escena?

A.S: Se trata de una puesta en escena no tradicional, sino moderna, innovadora y muy interesante. Fausto no es un doctor en la búsqueda de la juventud eterna, sino un científico que trabaja en un centro de investigación. La primera escena representa un laboratorio con una cámara estéril detrás de un vidrio en la que se ven científicos con trajes herméticos que están flotando entre tanques y contenedores en los que se vislumbran figuras humanas. Los médicos y las enfermeras cruzan constantemente el escenario. Sièbel es un joven médico en prácticas. Cuando el proyecto llega a un punto muerto y frustrante, Fausto recurre a Mefistofele y en la siguiente escena la vida del científico cede el paso a sus aventuras con la contrafigura demoníaca.

La lectura de Faust de La Fura dels Baus te hace reflexionar sobre la comprensión de la época contemporánea y pone de manifiesto el reflejo de los deseos interiores del individuo, equilibrado entre el deseo y la frustración, entre el autocontrol y la unidad; no es solo la lucha entre el bien y el mal como realidades externas, sino también entre estos impulsos inherentes dentro de una misma persona. En Fausto, de hecho, convive el mismo Mefistofele. Al final de la ópera, Mefistofele vestirá la misma ropa de Fausto, revelando así su naturaleza de alter ego del protagonista.
Hay que subrayar la importancia determinante de las proyecciones en vídeo y de la iluminación; el color dominante es el rojo, que representa la pasión, la sangre, el vino, la transformación milagrosa del agua en vino, que aquí se invierte sacrílegamente, etc…

Hoy en día la dirección de escena tiene cada vez más importancia; tengo la suerte de trabajar siempre con directores de escena fantásticos.

En general estoy siempre bien dispuesta porque pienso que de los directores de escena pueden llegar indicaciones útiles para mejor tu propia expresividad. Para mí un buen director de escena es aquel que sabe que la música y el canto tienen que respetarse y adaptará su dirección al servicio de la música y del canto, poniendo a los intérpretes en las mejores condiciones para cantar.

Hoy en día ya no existe la idea de una dirección de escena estática; hay que mantener la ópera viva y actual para capturar la atención del público, y creo que esta es la fórmula ganadora.

B.C: ¿Hacia dónde se dirige su repertorio?

A.S: Por el momento querría seguir en mi terreno, que es el bel canto y el repertorio francés del “Ottocento”. Siento que mi voz se está ampliando y está adquiriendo cada vez más peso y quizá en el futuro podré afrontar también las grandes obras maestras de Verdi. ¡Veremos! Tiempo al tiempo. No quiero quemar etapas si no saborear todo el bellísimo repertorio de mi vocalidad para dar lo mejor de mí en este momento.

Por otro lado hago siempre la comparación con el vestirse, es decir, si tengo una talla “M” no puedo ponerme una “S” ni una “L”. Lo mismo vale para la elección del repertorio. Hace falta saber esperar y cambiar de talla solo cuando la voz te lo sugiere.

B.C: Aunque ésta es una carrera muy exigente y absorbente, una no se dedica solo a ella, ¿qué le gusta hacer cuando no está trabajando?

A.S: Mi pasión coincide con mi trabajo y eso es impagable!
Mi tiempo libre para dedicarlo a otras actividades es un poco limitado, pero cuando tengo, me gusta pasarlo con mis seres queridos.

Viajo mucho y durante las producciones estoy mucho tiempo lejos de casa, por eso aprovecho los momentos de pausa para gozar de la belleza de las ciudades que visito, apreciar las diferencias culturales, saborear la cocina local… me lo paso bien también en la cocina, así que experimento con nuevas recetas.

B.C: Usted tiene muy buenas dotes dramáticas sobre el escenario, ¿qué importancia tiene para usted la parte dramática de una obra y cómo canaliza toda esa energía hacia el público?

A.S: Para mi es fundamental que un artista dé su sello personal cuando interpreta un personaje para tratar de hacérselo suyo; es decir, estudiar el personaje en profundidad hasta llegar a los detalles y matices más profundos. Así se puede ofrecer una lectura que refleje nuestra personalidad y sensibilidad como artistas. Cuando interpreto a un personaje trato de interiorizarlo y meterme en él lo más posible para sentir en el escenario sus mismas emociones. Es maravilloso meterse en distintos personajes, cada uno con su personalidad y carácter, y hacértelos tuyos.

Mis estudios me han ayudado a no pararme en una visión superficial del rol que interpreto, si no meterme hasta el fondo para entender toda su complejidad y carácter, su psicología, su relación con los demás personajes de la ópera; trato de ofrecer un “alma” más que un cuerpo al personaje que interpreto. Es solo con un análisis escrupuloso cuando conseguimos que este tome forma. Además, me entusiasma entender la ópera que interpreto de una forma tridimensional, a partir del libreto, de los textos, de su contextualización histórica y de la ambientación. Solo así el rol te lo haces tuyo.

También pienso en la gente y en el público. Los intérpretes tenemos un rol importante en esto, ya que debemos emocionar, entusiasmar y hacer entender a quien nos escucha lo que el personaje dice, su estado de ánimo, etc…

Entre otras cosas tenemos el deber de acercar la ópera a un público cada vez más amplio; la educación y la sensibilización del público de hoy y sobre todo al del mañana es fundamental. ¡De hecho, es vital!

Es también importante enfatizar en la educación musical en las escuelas; hay que sensibilizar a los niños para que aprecien y conozcan nuestro patrimonio musical y operístico; deben aprender a gozarlo y quererlo.

Por otro lado, amo el contacto con el público porque es el que te da la fuerza, la energía, el calor que necesito cuando estoy en el escenario. El público es mi motor, una parte viva e integrante del espectáculo.

Entrevista: Paloma Sanz

Norma en Bilbao

ABAO‐OLBE (Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera) clausura su 66ª Temporada de ópera con Norma, obra de madurez de Bellini y título emblemático en la historia de la lírica. Los próximos días 19, 22, 25, 27 – Opera Berri  ‐  y 28 de mayo, con el patrocinio de la Fundación BBVA, patrocinador principal de ABAO‐OLBE, sube a escena este título, fusión extraordinaria de melodía sublime, desafío vocal y poder dramático.

Esta tragedia, compendio de ritos ancestrales, conflictos, lealtades y costumbres arcanas, cuenta la historia imperecedera de una poderosa mujer que compromete sus ideales por amor para finalmente encontrarse traicionada por su amante. Para dar vida a los protagonistas de esta ópera, ABAO‐OLBE ha reunido un elenco encabezado por la soprano napolitana Anna Pirozzi, quien regresa a Bilbao para debutar el papel de ‘Norma’, uno de los personajes más difíciles de interpretar en el repertorio belcantista que exige poder vocal dramático combinado con la agilidad y la técnica de una cantante de coloratura. A su lado el tenor Gregory Kunde como el romano ‘Pollione’ y la mezzosoprano Silvia Tro Santafé como ‘Adalgisa’ cierran el trío protagonista. Junto a ellos completan el cartel el bajo Roberto Tagliavini como ‘Oroveso’, la mezzosoprano Itxaro Mentxaka como ‘Clotilde’ y el tenor Vicenç Esteve como ‘Flavio’. La parte musical está a cargo del joven maestro italiano Pietro Rizzo, quien regresa a Bilbao para al frente de la Bilbao Orkestra Sinfonikoa dirigir una partitura con enorme carga emotiva y riqueza melódica que constituye uno de los grandes legados del bel canto. La parte coral es una vez más tarea del Coro de Ópera de Bilbao, con Boris Dujin al frente.

En el escenario una coproducción de ABAO‐OLBE con el Teatro Real y  el Palau de Les Arts de Valencia concebida por Davide Livermore. La acción se desarrolla en un universo atemporal, el elemento central de la escenografía es un árbol concebido como inspiración de las leyendas.

la ópera de Bilbao al alcance de todos – Bilboko opera guztion esku nórdicas del “Yggdrasil”, el árbol de la vida. Una estética épica de druidas y sacerdotisas se mueve a ritmo cinematográfico a su alrededor convirtiéndolo en el testigo de los acontecimientos que se desarrollan en la trama. Apenas provista de elementos escénicos para acentuar la teatralidad de la historia, utiliza las videoproyecciones para ofrecer una visión más profunda de los personajes y sus relaciones. Opera Berri
La representación de Norma del 27 de mayo, conforma la duodécima edición de Opera Berri, iniciativa que ABAO‐OLBE desarrolla para acercar la ópera a nuevos públicos con títulos muy conocidos y entradas que rondan el 50% de su precio habitual. En esta función retornan a Bilbao la soprano Diana Axentii como ‘Norma’ y el tenor Alejandro Roy como ‘Pollione’ y
debuta la mezzosoprano Nazomi Kato como ‘Adalgisa’. El resto del cartel (dirección musical, orquesta, coro y dirección escénica) se mantiene. La función de Opera Berri comienza a las 18:00 h.

Conferencia sobre “Norma”

Con el fin de analizar, con carácter previo al estreno, los aspectos más relevantes de esta ópera de Bellini, ABAO‐OLBE ha organizado una conferencia, de entrada libre hasta completar aforo, para el viernes 18 de mayo en el Auditorio del Museo de Bellas Artes (entrada por la puerta Chillida) a las 19.15 horas. En esta ocasión será Rubén Amón, uno de los periodistas más
mediáticos y reconocidos actualmente, que trabaja en el diario El País y participa habitualmente en diferentes medios radiofónicos y audiovisuales como Onda Cero, Antena3 y La Sexta. Ha publicado varios libros de diferentes temáticas como una investigación sobre Los secretos del Prado (temas de Hoy 1997), la biografía de Plácido Domingo, Un coloso en el teatro del mundo (Planeta 2012) o El triunvirato: Carreras, Domingo y Pavarotti, cuando la ópera llena estadios (Temas de Hoy 1996).

Fundación BBVA: un amplio programa para acercar al público la mejor música La Fundación BBVA, cuyo rasgo diferencial es el impulso al conocimiento científico y la creación cultural, articula su programa de Música como un recorrido completo por las distintas formas en que la sociedad puede beneficiarse y disfrutar de esta manifestación artística, con un espacio propio en la web www.contrapunto‐fbbva.es . Así, promueve la creación de obra nueva con encargos de composición y hace posible su preservación y difusión por medio de Ópera patrocinada por: la ópera de Bilbao al alcance de todos – Bilboko opera guztion esku grabaciones en colaboración con sellos e intérpretes de primera línea. Fomenta la música en directo a través de ciclos de conciertos que, de forma gratuita, ponen al alcance del público ensembles y solistas de referencia en el repertorio contemporáneo. Organiza ciclos de conferencias y edita publicaciones para comprender mejor el trabajo de ciertos autores o
sumergirse en el estudio de determinados períodos compositivos y lleva a la práctica proyectos de investigación y creación altamente innovadores con las Becas Leonardo en Música y Ópera. Organiza simposios especializados sobre gestión de orquestas, colabora con formaciones musicales y teatros de todo el país —desde el Teatro Real y el Teatro de la Maestranza al Gran Teatro del Liceu, pasando por la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera y la Orquesta Sinfónica de Madrid— y reconoce la excelencia a través del Premio Fronteras del Conocimiento en Música Contemporánea y el Premio de Composición Asociación Española de Orquestas Sinfónicas‐Fundación BBVA.

Angela Meade como Norma

No deja de sorprender que Norma, la que dicen es la obra cumbre del bellcantismo, y una de las óperas de repertorio, haya tardado 102 años en ser representada en el Teatro Real de Madrid.

Bellini, puente entre el clasicismo y el romanticismo, llevó el morbo de las emociones cotidianas a una sociedad apocada por el catolicismo. Un verdadero revolucionario de los sentimientos románticos que supo influir en otros compositores. Chopin heredó de Bellini la flexibilidad a la hora de tratar el tempo y la armonía. Verdi trasladó la revolución belliniana de lo privado a lo público, utilizando las connotaciones políticas para crear emociones colectivas. Wagner, uno de los compositores más influidos por Bellini, llegó incluso a componer una nueva versión del aria de la segunda escena de Oroveso.

¿Por qué entonces no es Bellini uno de mis compositores favoritos? Porque sobre gustos…

Norma es sin duda una obra grande. Está llena de pequeños detalles, esos en los que habitualmente vive el diablo, pero que aquí esconden la delicadeza de unos tempos extremadamente lentos que trazan la filosofía romántica de la obra y que llena de complejidad la labor del cantante, obligado a una emisión lenta. Dilatadas melodías que precisan de un fiato bien trabajado, como queda de manifiesto en una de las arias que es un “hit” de la ópera, la siempre esperada por el público “Casta Diva”, y que resume el valor del tiempo romántico.

Un tiempo que Wagner tuvo en cuenta para crear Tristan und Isolde. Una Isolde que, al igual que Norma, se inmola sobre una melodía amplia y ascendente.

Pero bajemos a la tierra. Más concretamente a la representación del 21 de octubre. Es esta una coproducción del Teatro Real con el Palua Les Arts de Valencia, donde ya se estrenó la pasada temporada, y ABAO.

La escenografía de Davide Livermore tiene claras influencias cinematográficas. A través de Juego de Tronos o el Rey Arturo, elabora una atmósfera onírica y fantasiosa que tiene como protagonista un agobiante árbol. Ocupa gran parte del escenario, gira y se mueve como elemento totémico y oráculo, donde todo ocurre y todo se cumple. La intención es la de crear un ambiente claustrofóbico, como lo es la propia historia. Y lo consigue.

Las escenas se completan con las proyecciones de D-Wok. Que adelantan, a modo de oráculo, el futuro que espera a los protagonistas.

La enérgica batuta del maestro Roberto Abbado inició la obertura con exceso de volumen. En el escenario entraban y salían los bailarines, coro, elementos escénicos y proyecciones en medio de un aparente desconcierto. Cuando parecía que el caos se había apoderado de la representación, apareció en escena, en lo más alto del árbol, Angela Meade cantando “Casta diva” y, de repente, reinó el sosiego y la armonía, cada cosa se puso en su sitio y solo entonces comenzó Norma.

Antes de que hiciera su aparición la Meade, y formando parte del desconcierto inicial, Roberto Arónica había iniciado su representación como Oroveso. A su voz leñosa y destemplada le faltan profundidad y graves para este personaje. Mejoró en el segundo acto y le puso más intención y matiz a sus arias. Su interpretación resultó fría y falta de pasión.

Simón Orfila compuso un Oroveso con buena presencia escénica, pero su voz, aunque bien timbrada, no tiene los tonos oscuros que habrían dotado su personaje del empaque que requiere.

Angela Meade no solo llegó para poner orden, fue la clave para que apareciera el belcanto. Voz potente y de emisión limpia, aunque con notables carencias interpretativas, no dejó de subir y bajar los numerosos escalones del árbol protagonista mientras cantaba. Algo meritorio.

La romana Veronica Simeoni, como Adalgisa, estuvo correcta. Mejor en el dúo con Norma del segundo acto, para el que parecía se había estado reservando.
Bien la barcelonesa María Miró como Clotilde. No pasó desapercibida.

Tanto tiempo esperando a Norma y ha llegado con una carencia fundamental, la pasión. Habrá que seguir esperando. Pero que no sean otros cien años.

NORMA
Vincenzo Bellini (1801-1835)
Tragedia llirica en dos actos
Libreto de Felice Romani, basado en la obra
Norma, ou l´infanticide (1831) de Alexandre Soumet
Estrenada en el Teatro alla Scala de Milán el 26 de diciembre de 1831
Estrenada en el Teatro Real el 13 de noviembre de 1851
Nueva producción del Teatro Real en coproducción con el
Palau de les Arts de Valencia y ABAO
D. musical: Roberto Abbado
D. escena: Davide Livermore
Escenografía: Gió Forma (Florian Boje)
Iluminación: Antonio Castro
Vídeo: D-Wok
D. coro: Andrés Máspero
Reparto: Roberto Aronica, Simón Orfila, Angela Meade,
Verónica Simeoni, María Miró y Antonio Lozano
Coro y Orquesta titulares del Teatro Real
Teatro Real de Madrid 21 de octubre de 2016

Texto: Paloma Sanz
Fotografías: Javier del Real

Roberto Abbado

Tras más de cien años de ausencia en el escenario del coliseo madrileño, Norma, la ópera del gran compositor belcantista Vincenzo Bellini, llega al Teatro Real el próximo 20 de octubre con una producción que lleva firma escénica de Davide Livermore y con el maestro Roberto Abbado, al frente de la orquesta y coro titulares del Teatro Real, y del triple reparto vocal.

Maria Agresta, Angela Meade y Mariella Devia se alternarán en el rol que María Callas inmortalizó en los escenarios a finales de los años cuarenta; los tenores Gregory Kunde, Roberto Aronica y Stefan Pop, serán Pollione; Karine Deshayes, Veronica Simeoni y Ketevan Kemoklidze cantarán Adalgisa, y Michele Pertusi, Simón Orfila y Fernando Radó darán vida a Oroveso.

El maestro milanés, que ya ha dirigido Norma en numerosas ocasiones, antes de las 12 funciones (20 de octubre al 4 de noviembre) que se podrán ver en el Real, señalaba: “Esta obra maestra, cuyos recitativos se encuentran entre los más complejos de la historia de la ópera, tiene sus orígenes en el neoclasicismo, pero su latido romántico es evidente y su huella es clara en compositores posteriores tan diferentes como Chopin y Wagner”.

El próximo 4 de noviembre saldrá al mercado la última grabación de Roberto Abbado, de nuevo, para el sello Deutsche Grammophon: Revive, el nuevo CD de la mezzo letona Elina Garança, que vuelve a confiar en la dirección musical de Abbado, al frente, en esta ocasión, de la Orquestra de la Comunitat Valenciana. Director musical del Palau de les Arts desde 2015, Roberto Abbado ofrecerá su lectura de I vespri siciliani de Verdi, que se presentará en Valencia los días 10, 13, 16, 18 y 21 de diciembre.

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