The Magic Opal

Muchas emociones fuertes nos esperan en el mes de abril. Entre ellas la recuperación escénica de ‘The Magic Opal’ de Isaac Albéniz, que vuelve al Teatro de la Zarzuela 128 años después de su estreno en España en este mismo escenario. Desde aquella premier madrileña hasta nuestros días, nunca más ha vuelto a subir a escena. La obra se había presentado en lengua inglesa un año antes, en 1893, en el Lyric Theatre de Londres durante la etapa en que Albéniz centró su trabajo creador en esta ciudad. De música inteligente y divertida, esta opereta demuestra la enorme variedad y versatilidad del músico catalán, situándolo entre los grandes compositores internacionales. Ahora, un siglo y casi tres décadas después, el público tendrá ocasión de disfrutarla del 1 al 10 de abril con un montaje innovador de Paco Azorín dirigido al espectador del siglo XXI a través de un lenguaje audiovisual y contemporáneo.

La historia, desarrollada en clave de comedia de enredos y adaptada por Paco Azorín y Carlos Martos de la Vega, gira en torno a la búsqueda del amor y a la irresistible cualidad de un ópalo mágico cuyo poder estriba en que todo aquel que lo toca cae perdidamente enamorado de quien lo posee.

Y para que este efectivo planteamiento llegue al puerto deseado, a la puesta en escena y la escenografía de Azorín se une como un tándem invulnerable la dirección musical del maestro Guillermo García Calvo –director musical del Teatro de la Zarzuela, Generalmusikdirektor de la Ópera de Chemnitz en Alemania, director titular de la Robert-Schumann-Philharmonie y sin duda uno de nuestros más ilustres directores de orquesta–. Por si esto fuera poco, a ellos se suma un equipo artístico escénicamente arrollador y dos equilibrados repartos de grandes voces y especial talento para la escena. García Calvo volverá asimismo a compartir el foso del coliseo con la Orquesta de la Comunidad de Madrid, Titular del Teatro, y estará también al frente del Coro Titular del Teatro de la Zarzuela.

Los papeles protagonistas, inmersos en un inagotable devenir de disparatados enredos, en muchos casos especialmente divertidos, estarán interpretados por Ruth Iniesta y Carmen Romeu, que se turnarán en el papel de la joven soñadora Lolika; los tenores Santiago Ballerini y Leonardo Sánchez, que harán las veces de Alzaga, su intrépido aliado en la búsqueda del amor verdadero; los barítonos Luis Cansino y Rodrigo Esteves, que encarnarán al banquero Carambollas, símbolo del dinero y el poder como una de las más dañinas y perversas cargas en el día a día de los Ciudadanos. «Rey es el amor, pero el dinero es el emperador», se dice en la aparición en escena de este personaje y de su complementario, Aristippus el tesorero, interpretado por el bajo Jeroboám Tejera. Los barítonos Damián del Castillo y César San Martín asumirán el rol de Trabucos, quien a toda costa tratará de alcanzar sus fines siempre ayudado por los Bandidos o por el ópalo mágico que le hará invencible mientras esté en su poder. Y también entrarán en el juego y los enredos las mezzosopranos Carmen Artaza y Mar campo como Martina, la también mezzo Helena Ressurreição, que será Olympia, la soprano Alba Chantar (Zoe), el tenor Gerardo López (Pekito) o el barítono Tomeu Bibiloni (Curro). Y como maestro de ceremonias de todo el embrollo, Eros XXI interpretado por el actor Fernando Albizu.

Público del siglo XXI

Todos ellos bullirán, se alterarán, se divertirán y soportarán lo indecible imbuidos por la innovadora escenografía del propio Paco Azorín en la que las proyecciones, el vídeo, la tecnología y la iluminación crearán un nuevo universo: el del juego del ópalo mágico. Un entretenimiento voraz en el que también será indispensable el alegórico vestuario de Juan Sebastián Domínguez, la siempre cómplice y sutil iluminación de Pedro Yagüe, el mágico diseño de audiovisuales de Pedro Chamizo o los laboriosos y fluidos movimientos escénicos trazados por Carlos Martos de la Vega, que desarrollarán los protagonistas junto a 8 figurantes bailarines y 4 acróbatas.

Paco Azorín afronta esta recuperación con un “respeto total hacia la música”, y trae la historia a la actualidad encauzándola hacia el tema de la banalización del amor y de su instrumentalización, por ejemplo, con las numerosas app que hoy son para mucha gente el asistente perfecto para buscar y encontrar pareja. De esta manera, el director trata de “crear una escenificación que se dirija al público del siglo XXI a través de un lenguaje audiovisual y contemporáneo”.

Se da el caso de que para el estreno de esta nueva producción del Teatro de la Zarzuela, se ha encargado una nueva traducción del libreto de Arthur Law, de la que son autores Javier L. Ibarz y Pachi Turmo.

Es obligado también destacar el encomiable trabajo de Borja Mariño, autor de la nueva edición crítica de ‘The Magic Opal’, una obra que a pesar de su gran éxito con más de 300 representaciones por toda Inglaterra, no había sido interpretada desde finales del siglo XIX debido a la dispersión de sus materiales y las diferentes modificaciones que sufrió con el tiempo. La obra se estrenó con tres títulos deferentes y se tradujo al español para ser interpretada en su estreno del Teatro de la Zarzuela. En palabras del crítico G. Bernard Shaw: «La ópera pone a Albéniz muy por delante del mejor de sus rivales».

Influencias y conquistas de Albéniz

Guillermo García Calvo llama la atención sobre la circunstancia de que “aunque a veces creemos conocer a nuestros compositores, en realidad en muchas ocasiones solo sabemos de una parte muy pequeña de su creación; y este es el caso de Albéniz”. Así lo desvela el director de orquesta, quien en referencia directa a la partitura de ‘The Magic Opal’ nos habla de otra faceta completamente nueva del compositor de Camprodón: “La música recoge sabiamente diversas influencias de las corrientes europeas de finales del siglo XIX, dejándose inspirar pero nunca copiando”. Así, escuchamos melodías que anticipan el impresionismo francés —se puede pensar en Lalo, Chausson y Fauré—, ritmos y colores orquestales cercanos a la ópera italiana del momento —tanto al verismo de Puccini como al neoclasicismo del ‘Falstaff’ de Verdi— y también a la opereta francesa —como en ‘La fille du régiment’ de Donizzeti o las opereta de Offenbach—. “Y por supuesto, también escuchamos atmósferas de opereta y sinfonismo ingleses, y muy de vez en cuando, como un sello de identidad, giros melódicos españoles, la cadencia andaluza o melodías en modo frigio”. A García Calvo no le cabe duda de que “en conjunto se trata de una bellísima obra, exquisitamente instrumentada, que sirve de soporte perfecto al ambiente mágico de una historia de ingenio y humor shakesperianos”.

Desde la perspectiva actual, nos encontramos con una música para saborear en la que podemos apreciar la habilidad de Albéniz al margen de todos los condicionantes de la época en la que se estrenó. Esta nueva producción de ‘The Magic Opal’, pensada para los espectadores del siglo XXI, nos brinda el privilegio no solo de escuchar la obra, sino también de verla en escena casi 130 años después de aquella última versión teatral y en este mismo escenario del Teatro de la Zarzuela donde sucedió. Somos pues afortunados de que el ópalo vuelva  enamorarnos.

Electra en el Teatro Real

El Teatro Real despedirá los últimos días del año en compañía del Ballet Nacional de España, que ofrecerá cuatro únicas funciones, los días 28, 29 y 30 de diciembre, de su espectáculo Electra, creado por el coreógrafo Antonio Ruz, con la colaboración de Olga Pericet.

Este espectáculo conmovedor ahonda en diferentes lenguajes de la danza, dando vida a la tragedia clásica con una visión original y contemporánea inspirada en nuestro imaginario popular, que contará con la desgarradora voz de la cantaora Sandra Carrasco, arropada por la Orquesta Titular del Teatro Real dirigida por Manuel Coves.

Se alternarán en el papel protagonista las bailarinas Inmaculada Salomón y Miriam Mendoza, quienes, junto al resto del elenco, compartirán escenario con Antonio Najarro, director de la compañía hasta septiembre del presente año, que dará vida a Egisto en todas las funciones.

Electra, una de las apuestas más ambiciosas del BNE, tanto desde el punto de vista conceptual como artístico, ha contado con la participación de grandes nombres de la escena española como Alberto Conejero, responsable de la dramaturgia; Paco Azorín, en la concepción escénica;  Rosa García Andújar, en el diseño de vestuario, y Olga García, en la iluminación.

Antonio Ruz, uno de los grandes creadores coreográficos de nuestro país, ha profundizado en sus raíces para interpretar el mito griego. Partiendo de la identidad cultural mediterránea aúna disciplinas como el flamenco, la danza española y el baile contemporáneo, en una amalgama de movimientos que viven y conviven con la luz, el lenguaje de las telas que arropan a los bailarines, y el espacio, completando un espectáculo único donde todo es necesario.

En Electra, el cuerpo de baile se convierte en un personaje más, tratando de “devolver a la danza y al coro el lugar que imaginamos ocupaban en las tragedias clásicas”, explica Ruz. Por momentos, el baile y la palabra nos recuerdan el mundo lorquiano,  historias de destino y de venganza, enriquecidas por la música de Pablo Martín Caminero, Moisés P. Sánchez y Diego Losada.

 A lo largo de cuatro funciones, los días 28, 29 (dos funciones, a las 17.00 h y a las 20.30 h) y 30, el Ballet Nacional de España será el gran protagonista en el escenario del Teatro Real y con él despediremos el año y una década en la que hemos bailado juntos.

Maruxa

Que el ser humano, esa especie a la que pertenecemos y que en tantas ocasiones se diría que está por encima del bien y del mal, acelera en primera persona el envejecimiento y deterioro del planeta en el que habita, no es ningún secreto. Ni siquiera noticia, a pesar de que los medios de todo el mundo recogen a diario acciones mezquinas que participan de este homicidio voluntario y colectivo. Este es el punto tan actual como desolador del que parte Paco Azorín con su impactante lectura de ‘Maruxa’, égloga lírica en dos actos de Amadeo Vives, en una nueva producción del Teatro de la Zarzuela que se estrenará el próximo 25 de enero, y de la que el público podrá participar de 14 funciones hasta el 11 de febrero.

Galicia, nuestra Galicia, la de Rosalía de Castro tan presente en el imaginario (Lugar más hermoso no hubo en la tierra / Galicia soñada, Galicia encantada), es el amargo pretexto que le ayuda al director de escena y escenógrafo a concebir este doloroso canto; este grito al mundo desde el abismo de un brumoso acantilado. “Maruxa es un canto a Galicia, Maruxa es Galicia”. Una “tragedia”, como el mismo creador la define: “Maruxa es un canto doloroso a Galicia, una suerte de Stabat Mater”. Como diría la propia Rosalía: “Las grandes dichas de la tierra tienen siempre por término grandes catástrofes.”

Nos encontramos, pues, entre el mundo pasado de las églogas y el presente de las tragedias medioambientales. Las acciones de los más poderosos afectan a la gente del pueblo, que por lo general intenta vivir en armonía con la Naturaleza. En esta ocasión, el testimonio baila las notas de Vives agarrado a la cintura de una historia que camina en la cuerda floja entre el amor y el deseo.

Celebración: ‘Maruxa’, 46 años después
Por otra parte, y una vez más, el Teatro de la Zarzuela está de celebración. En este caso, gracias a que ‘Maruxa’ regresa a este secular escenario, en el que se estrenó en 1914, tras 46 años de ausencia. Aquellas dos funciones de entonces también tuvieron un marcado carácter festivo ya que fueron programadas, en junio de 1971, con motivo del centenario del nacimiento de Amadeo Vives. Este casi medio siglo sin subir a las tablas del teatro de la madrileña calle de Jovellanos hace que aún sea mayor la expectación en torno al título, cuyo libreto original está firmado por el dramaturgo Luis Pascual Frutos.

Pero no es únicamente la razón del impacto del nuevo montaje o del tiempo de ausencia sobre el escenario de La Zarzuela lo que ha levantado tal interés. También lo ha hecho, y en gran medida, el conjunto de la propuesta. Y no es para menos, ya que a la dirección de escena y escenografía de Paco Azorín, uno de los grandes nombres de la creación teatral de hoy, se une la maestría del internacional José Miguel Pérez-Sierra, batuta de referencia que estará al frente de la Orquesta de la Comunidad de Madrid (Titular del Teatro) y delCoro Titular del Teatro de la Zarzuela, un doble reparto para el que la partitura parece estar hecha a medida y un equipo artístico que sitúa con toda naturalidad nuestro género lírico en el siglo XXI.

‘Maruxa’, según el maestro Perez-Sierra, “está repleta de música luminosa, pero a la vez elegante, y combina lo más moderno de la escritura lírica de la época, lo que permite que estos –en apariencia– sencillos personajes recorran los mismos caminos que han atravesado otros héroes contemporáneos en distintos escenarios del continente”. La obra, además, está llena de matices orquestales que resultan sencillos para el público, pero especialmente difíciles para los intérpretes.

Precisamente este, el de la dificultad de los cantantes al abordar la partitura, ha sido, de acuerdo con la opinión del director de orquesta, uno de los escollos con los que ha tenido que enfrentarse ‘Maruxa’: “Si no se ha hecho más a lo largo del último siglo, es porque se trata de una obra extremadamente difícil de cantary había muy pocos artistas capaces de hacerlo”. Pero este no es el caso que nos ocupa, ni mucho menos, ya que asegura que en las representaciones del Teatro de la Zarzuela “tenemos unos elencos maravillosos que sin duda el público va a disfrutar muchísimo.”

Los repartos de altura a los que se refiere Pérez-Sierra estarán integrados por las sopranos Maite Alberola y Susana Cordón en el papel de Maruxa (la joven enamorada de Pablo), los barítonos Rodrigo Esteves y Borja Quiza en el de Pablo (el joven enamorado de Maruxa), el bajo Simón Orfila como Rufo (capataz que debe velar por la relación entre Rosa y Antonio), las sopranos Ekaterina Metlova y Svetla Krasteva haciendo las veces de Rosa (prima de Antonio, con quien deberá casarse para perpetuar la sustanciosa hacienda familiar, pero apasionadamente atraída por el ingenuo Pablo), los tenores Carlos Fidalgo y Jorge Rodríguez-Norton
encarnando a Antonio (primo de Rosa, con quien debe casarse, y atraído por Maruxa) y el barítono Carles Pachón, reciente ganador del Concurso Internacional Alfredo Kraus, como la voz de un Zagal. Junto a ellos alternarán la escena 12 actores y la bailarina María Cabeza de Vaca, que será la diosa Galicia. Asimismo, sonará en off la voz de la actriz María Pujalte.

Es necesario destacar también el vestuario singularmente heterogéneo concebido para la ocasión por Anna Güell, la iluminación y las proyecciones de Pedro Yagüe y Pedro Chamizo respectivamente, con un protagonismo decisivo en el desarrollo de la obra, y el movimiento escénico generado por Carlos Martos.

Cuando en 1914 Amadeo Vives asume la dirección artística del nuevo Teatro de la Zarzuela, que había sido reconstruido tras el incendio de 1909, se proyecta el estreno de la nueva obra del compositor catalán, ‘Maruxa’, un trabajo excepcional en su producción musical, una égloga sin partes habladas. Su triunfo fue clamoroso, y, a partir de ahí, recorrió todos los escenarios de España, llegando incluso a Nueva York en 1919 (como también ocurrió con El Gato Montés al año siguiente).

‘Maruxa’ es un ejemplo de nacionalismo folclorista, ya que toda la música parece recurrir a temas populares con gran facilidad melódica, combinando el Verismo imperante en la época con el gusto por la ópera y la opereta que se plasma en el concepto del espectáculo y en el tratamiento vocal de los personajes. La acción es continua y los diferentes temas se suceden con una admirable habilidad constructiva. Es, en definitiva, una partitura escrita con maestría en la que lo popular destaca de forma especial. Desde su estreno, ‘Maruxa’ ha formado parte destacada de la historia del teatro lírico nacional en general, y del Teatro de la Zarzuela en
particular.

EN TORNO A ‘MARUXA’
Como ya es habitual en todas las propuestas escénicas del Teatro de la Zarzuela, en torno a ‘Maruxa’ se han programado diversas actividades:

El viernes 19 de enero, y con motivo del estreno, se celebrará en el ambigú del Teatro una conferencia que pronunciará la filóloga Concha Baeza, y que estará dedicada a esta obra de Vives (Ambigú del Teatro de la Zarzuela, 19h30).

El lunes 23 de enero, Paco Azorín y José Miguel Pérez-.Sierra conversarán con alumnos franceses de artes escénicas y miembros de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, como preámbulo del ensayo pre-general al que asistirán una vez terminada la charla (Teatro de la Zarzuela, 16h30 y 18h00, en colaboración con la Compañía Nacional de Teatro Clásico).

El lunes 29 de enero a las 19h30, el Maestro Pérez-Sierra será protagonista, en el Ambigú del Teatro de la Zarzuela, de un encuentro dirigido a alumnos de Dirección de orquesta y a estudiantes de diversas disciplinas musicales.

El lunes 5 de febrero a las 19h30, Paco Azorín mantendrá un encuentro con estudiantes de las distintas ramas de las artes escénicas, diseño o cinematografía en la sala principal del Teatro. Lo presentará Daniel Bianco, director del Teatro de la Zarzuela.
A todos los encuentros estarán invitados los usuarios de la Tarjeta Joven del Teatro, que ya son cerca de 700.

María José Montiel interpreta a María Moliner en el Teatro de la Zarzuela

No es habitual estrenar una ópera en España. Menos aún lo es hacerlo en el Teatro de la Zarzuela. Y si además la ópera es española, más que de acontecimiento musical, hablamos casi de milagro.

María Moliner es un personaje con empaque suficiente para protagonizar una historia. Empaque y heroicidad de quien realiza una labor formidable desde el más puro ostracismo. Escribir un diccionario de uso del castellano en la soledad del salón de su casa, aislada y cercada por la censura de la época, hacerlo en tan solo quince años, y discutir incluso al propio diccionario de la RAE y a los miembros de su academia,  no es un acontecimiento menor.

Sobre una idea de Paco Azorín se ha construido una obra rigurosa y cuidada. Dividida en dos actos y diez escenas, es el resultado de la complicidad entre el propio Paco Azorín, el compositor Antoni Parera Fons y la libretista Lucía Vilanova. Es en la música donde reside gran parte del acierto de esta ópera. Gran conocedor de las dinámicas bocales y capaz de escribir específicamente para la voz, Parera Fons ha compuesto una partitura perfectamente reconocible y de gran coherencia de principio a fin. Ha sido capaz de utilizar distintas técnicas musicales en perfecto equilibrio y ponerlas al servicio de la obra.

En este punto, la labor del director musical Víctor Pablo Pérez es impecable. Sensible y atento a todo lo que ocurría a su alrededor, sacó de su Orquesta todos los matices de la partitura, enriqueciéndola.

El libreto de Lucía Vilanova se ha nutrido principalmente de dos fuentes, la biografía sobre María Moliner de Inmaculada de la Fuente, y del propio Diccionario. El texto trata de reflejar la cotidianeidad de un proceso tan complejo como es la elaboración de un diccionario, pero sobre todo trata de desentrañar su vida interior, sus sueños y la evolución de un proyecto de esa envergadura. Tal vez le falte al libreto el lirismo propio de una obra operística. Describe con demasiado realismo unos acontecimientos difíciles de encajar en una adecuada línea de canto. El libreto tiene el añadido de un sueño, el que imagina el momento de escribir la solicitud de entrada en la Academia. Moliner se hace acompañar entonces de otras escritoras que, como ella, debían haber formado parte de la RAE. Le ayudan a redactar la carta Emilia Pardo Bazán, Isidra de Guzmán y de la Cerda y Gertrudis Gómez de Avellaneda.

Otro de los pilares de esta obra es su protagonista. El papel de María Moliner fue escrito expresamente para María José Montiel. Su entrega al personaje es absoluta. Su presencia en escena es casi permanente y ambas, Moliner y Montiel, poseen la misma carga de temperamento que de ternura. Su voz homogénea, extensa y de generosa tersura, mece con su hermoso timbre cada nota que emite.

El resto del reparto está encabezado por José Julián Frontal, como Fernando, su marido. El personaje no es extenso vocalmente pero queda muy bien posicionado gracias a su gran interpretación.

Emilia Pardo Bazán ha sido interpretada por la soprano vizcaína Celia Alcedo, de voz vigorosa y bien armada, dotó a su personaje de la entidad que se le supone.

A un nivel muy alto estuvieron, a pesar de sus breves intervenciones, María José Suárez y Lola Casariego, que interpretaron a Isidra de Guzmán y de la Cerda y Gertrudis Gómez de Avellaneda, respectivamente. Al igual que una malvada Sandra Fernández, ejerciendo de inspectora del CEU y posteriormente de Carmen Conde.

Goyanes, el linotipista de María Moliner, personaje que existió en la realidad y que se incorporó al libreto. Es interpretado con gracia por el barítono valenciano Sebastiá Peris.

Destacar el papel de los tres almanaques que introducían de manera muy dinámica los distintos momentos importantes en la vida de la protagonista. El tenor Gerardo López y los barítonos David Oller y Toni Marsol.

Mención a parte merece la participación, como sillón B de la RAE, del barítono Joan Pons. Siempre es un lujo escuchar su robusta y caudalosa voz.

La labor del Coro del Teatro de la Zarzuela estuvo a gran nivel en sus numerosas intervenciones.

La escenografía de Paco Azorín tiene como elementos principales dos grandes estructuras metálicas que se desplazan y cuya escalera interminable recorren los protagonistas creando escenas de gran dinamismo y atractivo visual. Tras ellas se trasponen imágenes de los distintos protagonistas y momentos históricos. El resultado no puede ser más acertado. Po el escenario se desenvuelven los personajes y los acontecimientos bajo una buena dirección de actores.

María Moliner nunca está sola en el escenario. Se hace acompañar de un pequeño ejército de mujeres que recitan el significado de sus palabras a la vez que van creciendo en número a lo largo de la representación. Esta hermosa alegoría surge de uno de los referentes que tuvo Paco Azorín para crear su escenografía, Marguerite Yourdenar, con la que nuestra protagonista guarda algunas similitudes. Yourdenar pasó a formar parte de la Academia de la Lengua Francesa en 1981. En su discurso de ingreso dijo: “Vengo aquí acompañada de un ejército de mujeres invisibles que deberían haber entrado en esta academia antes que yo. Me siento tentada a dar un paso atrás para que pasen ellas”.

Este ejército de mujeres aparentemente invisibles acaban inundándolo todo, primero el escenario y después la sala. Haciendo así presentes a todas esas mujeres que fueron antes.

MARÍA MOLINER
Antoni Parera Fons
Ópera documental en dos actos y diez escenas
Libreto de Lucía Vilanova
D. musical: Víctor Pablo Pérez
D. escena y escenografía: Paco Azorín
Iluminación: Pedro Yagüe
Diesño de vídeo: Pedro Chamizo
Movimiento escénico: Carlos Martos de la Vega
Orquesta de la Comunidad de Madrid
Coro del Teatro de la Zarzuela
D. coro: ALberto Trijueque
Reparto: María José Montiel, José Luis Frontal, Sandra Fernández, Sebastián Peris, Juan Pons, Celia Alcedo, María José Suárez, Lola
Casariego, Gerardo López, David Oller, Toni Marsol, Sara Rosique, Ana María Ramos,
Daniel Huerta y Mario Villoria.

Texto: Paloma Sanz
Fotografías: Fernando Marcos

Jerusalem

La coproducción de ABAO-OLBE y el Theater Bonn del Jerusalem de Verdi, con puesta en escena del mexicano Francisco Negrín, se ha estrenado el pasado fin de semana en la ciudad cuna de Beethoven con rotundo éxito de público y crítica.

Se trata de la primera colaboración entre la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera y el célebre teatro alemán y para los responsables de ABAO “esta coproducción supone otro hito en la historia musical de la institución y refuerza el prestigio internacional de la asociación bilbaína, cuya colaboración concita el interés artístico de teatros y festivales líricos de referencia”.

Con un excelente trabajo de dirección musical, elenco y escena, la premier del pasado domingo concluyó con una cerrada ovación de 19 minutos, con el público del teatro puesto en pie. El propio Negrín compartía en redes sociales la emoción del momento, “¿Quién lo hubiera imaginado? Estrenamos Jerusalem, una pieza de Verdi temprana y desconocida -en realidad fue el estreno en Alemania- y resulta que ¡es un gran éxito! El público nos dio una ovación de pie de ¡¡¡más de 19 minutos!!!”

La propuesta escénica de Francisco Negrín ha logrado, con la impactante escenografía de Paco Azorín y el cuidado vestuario de Domenico Franchi, una escena moderna y sugestiva, que llama la atención de forma inteligente sin caer en el exceso y sin desvirtuar la trama. Es una propuesta tremendamente innovadora y original que incentiva el espectáculo lírico propiamente dicho.

La crítica ha alabado la puesta en escena que sitúa la acción en la época de las cruzadas como un trabajo que aúna tecnología, historia y elementos actuales para recrear un universo verdiano tremendamente simbólico, con una ejecución virtuosa y expresiva cuyo resultado es un impactante golpe de efecto teatral. El diario alemán General Anzeiger subraya que Francisco Negrín ha traído “un momento musical mágico, que el público supo celebrar con vigor la noche del estreno”; “Un espacio increíblemente sugestivo, con una arquitectura móvil que se extiende hasta el infinito e impactantes efectos de luz”, “Una noche absolutamente redonda”. Por su parte, WDR3 lo ha calificado como «un impresionante espectáculo de grandiosa fuerza escénica».

Jerusalem, duodécima ópera de Verdi se verá en Bilbao en próximas temporadas dentro del proyecto Tutto Verdi que pondrá en escena todas las óperas del maestro de Busetto. El sector cultural nacional e internacional ha dado impulso a la aventura verdiana de ABAO, que se inició en 2006 y culminará en 2021.

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