PatriciaRacette

Los próximos días 3 y 4 de junio, a las 21.30 horas el Teatro Real estrenará  un nuevo formato de velada musical en su Salón de Baile, con la soprano Patricia Racette como protagonista. Bajo el título Diva on detour,  la intérprete principal de Street Scene, de Kurt Weill, actualmente en el escenario madrileño, ofrecerá un programa con canciones de cabaret y musicales,  de autores tan queridos como Stephen Sondheim, Cole Porter, George Gershwin y Edith Piaf.

Acompañada al piano por Craig Terry, Racette dejará a un lado sus extraordinarias dotes de cantante de ópera para sumergirse en las canciones populares del repertorio americano, demostrando así, no sólo la versatilidad de su voz, sino también su carácter, su facilidad para sumergirse en los temas de las canciones y llevar al público por los caminos del desgarro, la felicidad o el humor en una velada donde priman la cercanía y la complicidad.

A diferencia de otras intérpretes de ópera, cuando Patricia Racette se aparta del repertorio de ópera, su voz cambia para recorrer el camino musical con otro registro. Aprecia los espacios íntimos, con el público mirando directamente a sus ojos, compartiendo experiencias y resaltando los detalles de unas canciones muy especiales. En esta atmósfera personalísima, la audiencia forma parte del concierto casi como un instrumento más, y Racette va improvisando el programa, alternando las canciones, seduciendo en una cita en la que caben más de dos…

PATRICIA RACETTE

Soprano

Esta soprano estadounidense creció en New Hampshire y estudió en la North Texas State University. Fue miembro del Programa Merola de la Ópera de San Francisco y de la Beca Adler. Ha sido invitada a cantar en la Metropolitan Opera House de Nueva York, la Royal Opera House de Londres, el Liceu de Barcelona, el Theatre an der Wien, la Washington National Opera, la English National Opera y la Lyric Opera de Chicago, donde ha interpretado los personajes de Mimì (La bohème), Cio Cio San (Madama Butterfly), Madame Lidoine (Dialogues  des Carmélites), Ellen Orford (Peter Grimes), Katerina (Lady Macbeth de Mtsensk), Giorgette, Suor Angelica y Lauretta (Il trittico), Maddalena (Andrea Chénier) y los epónimos de Manon Lescaut, Tosca, Salome y Katia Kabanová. Ha participado en los estrenos mundiales de American Tragedy, de Tobias Picker, The Letter ,de Paul Moravec y Cold Sassy, de Carlisle Floyd, entre otros. Recientemente ha cantado en The Consul, de Menotti,en Chicago.

www.patriciaracette.com

CRAIG TERRY

Piano

Nacido en Tullahoma (Tennessee), obtuvo la licenciatura en música en la Universidad Tecnológica de Tennessee y continuó sus estudios en la Universidad Estatal de Florida. Se graduó también en acompañamiento pianístico en la Manhattan School of Music con Warren Jones. Actualmente es director musical de la Patrick y Shirley Ryan Opera Center y director asistente de la Lyric Opera de Chicago. Anteriormente fue asistente en la Metropolitan Opera House de Nueva York. Tras su debut en el Carnegie Hall en 2000,  se ha presentado en importantes salas de conciertos (Alice Tully Hall, Kennedy Center, Metropolitan Museum of Art) y ha acompañado a cantantes como Jamie Barton, Stephanie Blythe, Eric Cutler, Joyce DiDonato, Giuseppe Filianoti, Susan Graham y Bo Skovhus; asimismo ha colaborado como músico de cámara con miembros de la Orquesta de la Metropolitan Opera House, de la Lyric Opera de Chicago, de la Gewandhaus Orchester y el cuarteto de cuerda Pro Arte. Debuta en el Teatro Real.

Street Scene

Después del éxito del estreno en Madrid de Street Scene el pasado mes de febrero, la producción vuelve al escenario del Teatro Real entre los días 26 de mayo y 1 de junio, con cinco funciones.

El director británico John Fulljames es el responsable de la puesta en escena de esta obra singular, en la nueva producción del Teatro Real estrenada hace dos meses.

Tim Murray, que dirigió en el Real Porgy and Bess en 2014 y estrenó esta producción en febrero, estará al frente de un gran reparto que incluye cantantes de ópera, intérpretes de musicales, bailarines-cantantes, actores, el coro Pequeños Cantores de la ORCAM y el Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real.

Encabezan este elenco coral la soprano Patricia Racette, el barítono brasileño Paulo Szot, el tenor español Joel Prieto y la versátil soprano inglesa Mary Bevan.

En torno a Street Scene se ofrecerán dos conciertos titulados Diva on Detour, con canciones de Broadway y cabaret, en el Salón de Baile del Teatro Real, los dias 3 y 4 de junio a las 21.30 horas, con la gran estrella norteamericana Patricia Racette, acompañada al piano por Craig Terry.

Las funciones de Street Scene cuentan con el patrocinio de la Fundación BBVA.

Entre el 26 de mayo y el 1 de junio, el Teatro Real ofrecerá 5 funciones de Street Scene (Escena callejera), de Kurt Weill, en una nueva producción del Teatro Real en coproducción con las Óperas de Colonia y de Montecarlo, estrenada con una excelente acogida en Madrid el pasado mes de febrero.

Con esta joya híbrida y marginal del repertorio lírico norteamericano, que articula y ensambla el refinamiento de la orquestación centroeuropea, el embrujo de las comedias musicales de Broadway y la riqueza de la música afroamericana, el compositor Kurt Weill (1900-1950), judío alemán asentado en Nueva York, seguía la estela de Porgy and Bess, de George Gershwin ( intentando consolidar la raigambre de una ‘ópera estadounidense’, con su singularidad y lenguaje propios.

Para ello se asoció con dos escritores de distinto perfil: Elmer Rice (1892-1967), autor de Street Scene ─premio Pulitzer en 1929 y adaptada al cine por King Vidor, en 1931─, y Langston Hughes (1902-1967), poeta, novelista y activista afroamericano adscrito al movimiento Harlem Renaissance, que reivindicaba el arte negro vinculado a sus raíces, tradiciones e idiosincrasia.

Del primero, el dramaturgo Elmer Rice, recibe Weill el gran mosaico de vidas atrapadas en una ‘calle sin salida’, donde fluyen historias de amor y desamor, maledicencias y penurias, desahucios y maltrato, pero también de sueños e ilusiones, amistad y compasión, a semejanza de nuestra Historia de una escalera, de Buero Vallejo, pero ubicada en los suburbios de Nueva York en los años de postguerra.

Del segundo, Langston Hughes, recibió el compositor un libreto con una genial prosodia multirracial, textos al ritmo de jazz, con inflexiones, acentos y jerga que definen cada uno de los casi cuarenta personajes que pueblan la bulliciosa calle neoyorquina.

Con este material dramatúrgico tan rico, Kurt Weill, ya nacionalizado estadounidense y con amplia experiencia en la composición de repertorio lírico ─musicales, óperas, canciones y música de escena─ decide ir más allá, creando una ópera en que partes habladas, arias, dúos, números de conjunto, de baile y canciones fluyeran entrelazados, articulando las varias historias superpuestas con una escritura orquestal refinada, eficaz y concisa, heredera de la tradición europea, pero contaminada por todas las influencias musicales de su época a ambos lados del Atlántico.

La ópera se estrenó en Broadway, en el Teatro Adelphi, en 1947, conquistando el Premio Tony a la mejor partitura original en la primera edición de estos galardones, que desde entonces han crecido en prestigio y popularidad.

Sin embargo, el carácter mestizo de esta ‘ópera de Broadway’, que exige un inmenso reparto de gran diversidad, coros y orquesta, ha alejado la obra tanto de los teatros de musicales como de los templos de la ópera, colocando a Street Scene en un limbo del que comienza a liberarse.

El Teatro Real, que estrenó esta ópera en Madrid en febrero, volverá  a presentar su producción con dirección de escena de John Fulljames y escenografía y figurines de Dick Bird.

Tim Murray, que también retorna al Teatro Real, estará al frente de más de un centenar de intérpretes de gran versatilidad vocal y teatral, encabezados por la gran estrella norteamericana Patricia Racette,  el barítono brasileño Paulo Szot ─asiduo en los carteles de Broadway-,  el tenor Joel Prieto y la soprano británica Mary Bevan.

El Teatro Real se llenará de ritmos de jazz, de swing y de blues, llevando su nueva producción a todo el mundo a través de la edición de un DVD y de la grabación audiovisual que se distribuirá internacionalmente.

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Street scene, una de las grandes obras maestras del teatro musical americano, comenzó siendo una obra teatral de Elmer Rice premiada con el Pulitzer en 1929.Y terminó enamorando a un Kurt Weill que llegó a Estados Unidos huyendo del nacismo y la Segunda Guerra Mundial. El compositor alemán quedó fascinado por el texto, los nuevos ritmos que encontró en su país de acogida y las formas de expresión, absolutamente libre paras componer y utilizar recursos.

De la mano del propio autor Elmer Rice y la colaboración de uno de los poetas más importantes del momento, Langston Hughes, Weill inició la composición de una ópera y, con ella, la creación de un nuevo género que él mismo denominó “Ópera de Broadway”. Para ello utilizó todos los recursos y técnicas a su alcance, que en ese momento final de su carrera, ya eran muchos. A su experiencia anterior del cabaret berlinés y la lírica europea, se sumaron nuevas influencias americanas, Jazz, blues, swing o foxtrot, creando una obra coral en todos los aspectos, no solo en el musical. Los personajes que componen la obra tienen orígenes, religiones y culturas muy diferente, los que se podían encontrar en el New York de la época. Introduce también números de baile, canciones, modos de expresión del teatro hablado. Todo ello con sus partes de verismo perfectamente integradas. Gracias a la potente y coherente estructura compositiva del Kurt Weill más maduro, se consigue la armonía entre elementos tan distintos en origen.

Todo este conglomerado musical lo ha dirigido a la perfección el británico Tim Murray, quien ya dirigió en este mismo Teatro “Porgy and Bess”. Conoce muy bien las dificultades de una partitura como esta y sabe transmitir a la orquesta el carácter que domina cada momento con eficacia.

La escenografía de John Fulljames reproduce perfectamente uno de los vecindarios típicos del Lower East Side de Manhattan. Weill expresa el drama de las vidas de todos estos personajes, unos treinta, sometidos a problemas de convivencia, precariedad laboral, falta de recursos o desahucios, donde los chismorreos y la mezquindad son también protagonistas. Para ello pone el foco en distintos personajes sin juzgarlos, mostrando las circunstancias que pueden explicar su comportamiento.

Uno de estos personajes es Anna Maurrant, la abnegada esposa espléndidamente interpretada por una Patricia Racette con experiencia en el cabaret americano, además de una brillante trayectoria lírica. La buena vecina, siempre pendiente de ayudar a los demás y que, a pesar de ello, no deja de ser el blanco de los chismorreos por el hecho de tener un amante. Esta circunstancia es el desencadenante de toda la tragedia que ocurre al final de la obra y que, sin embargo, el amante, es un personaje que apenas aparece, es episódico. Como dice Joan Mataboch, director del teatro, “un personaje irrelevante en la cadena implacable de unos acontecimientos que se van a desarrollar igualmente esté o no.

Patricia Racete, al igual que otros protagonistas, no habrían necesitado de la amplificación que se ha hecho de sus voces, esperemos que solo en esta ocasión, con la excusa de que muchos de los personajes no son cantantes líricos y podrían tener dificultades para proyectar la voz en un teatro como el Real.

Paulo Szot, con también una notable experiencia en el musical de Broadway, es Frank Maurrant, el esposo aferrado a las tradiciones más rancias, antipático y rígido con su mujer e hijos y con un grado de violencia que le lleva al asesinato de su mujer y el amante de ésta. Muy buena su interpretación gracias, entre otras cosas, a su imponente presencia escénica. Otro al que no era necesario amplificarle la voz. Le sobra.

Joel Prieto fue la incógnita de la noche, al final de su primer aria su voz se quebró y tuvo que ser excusado y sustituido en el canto, que no en la interpretación. Una lástima no poder comprobar su evolución ni disfrutar de su hermoso timbre. Construyó con acierto un Sam Kaplan enamorado de Rouse Maurrant desde su inmensa timidez.

Muy buena actuación del servicial portero del edificio Henry Davis a cargo del barítono estadounidense Eric Greene.

Destacar la buena interpretación de Geoffrey Dolton, como Abraham Kaplan, Verónica Polo, como Shirley Kaplan, Gerardo Bullón, como George Jones, Lucy Schaufer, como Emma Jones, Jeni Bern, como Greta Fiorentino, Vicente ombuena, como Lippo Fiorentino o Scott Wilde, como Carl Olsen.

El amplio reparto estaba compuesto, no solo por cantantes líricos, también han participado artistas que deben saber combinar la canción con el baile y la interpretación, como las hilarantes niñeras Sarah-Marie Maxwell y Harriet Williams.

El coro tuvo una destacada participación. Mantuvo su línea impecable de siempre bajo la dirección de Andrés Máspero. Con alguna presencia solista que demostró su altísima calidad. El coro de jóvenes cantores de la JORCAM tuvo un papel protagonista en esta producción, tanto en lo vocal como en la parte interpretativa, gracias al buen trabajo de su directora Ana González. Destacaron dos pequeñas estrellas que, a pesar de su juventud, ya van adquiriendo experiencia en el mundo artístico, Matteo Artuñedo, como Willie Maurrant y Diego Poch, en el papel de Charlie Hildebrand.

Otro éxito en esta temporada de celebraciones. Temporada que está haciendo las delicias de toda clase de aficionado, desde los más puristas, a los menos.

Street Scene

Entre los días 13 y 18 de febrero, y entre el 26 de mayo y el 1 de junio, el Teatro Real ofrecerá 10 funciones de Street Scene (Escena callejera), de Kurt Weill, en una nueva producción del Teatro Real en coproducción con las Óperas de Colonia y de Montecarlo.

Con esta joya híbrida y marginal del repertorio lírico norteamericano, que articula y ensambla el refinamiento de la orquestación centroeuropea, el embrujo de las comedias musicales de Broadway y la riqueza de la música afroamericana, el compositor Kurt Weill (1900-1950), judío alemán asentado en Nueva York, seguía la estela de Porgy and Bess, de George Gershwin, intentando consolidar la raigambre de una ‘ópera estadounidense’, con su singularidad y lenguaje propios.

Para ello se asoció con dos escritores de distinto perfil: Elmer Rice (1892-1967), autor de Street Scene ─premio Pulitzer en 1929 y adaptada al cine por King Vidor, en 1931─, y Langston Hughes (1902-1967), poeta, novelista y activista afroamericano adscrito al movimiento Harlem Renaissance, que reivindicaba el arte negro vinculado a sus raíces, tradiciones e idiosincrasia.

Del primero, el dramaturgo Elmer Rice, recibe Weill el gran mosaico de vidas atrapadas en una ‘calle sin salida’, donde fluyen historias de amor y desamor, maledicencias y penurias, desahucios y maltrato, pero también de sueños e ilusiones, amistad y compasión, a semejanza de nuestra Historia de una escalera, de Buero Vallejo, pero ubicada en los suburbios de Nueva York en los años de postguerra.

Del segundo, Langston Hughes, recibió el compositor un libreto con una genial prosodia multirracial, textos al ritmo de jazz, con inflexiones, acentos y jerga que definen cada uno de los casi cuarenta personajes que pueblan la bulliciosa calle neoyorquina.

Con este material dramatúrgico tan rico, Kurt Weill, ya nacionalizado estadounidense y con amplia experiencia en la composición de repertorio lírico ─musicales, óperas, canciones y música de escena─ decide ir más allá, creando una ópera en que partes habladas, arias, dúos, números de conjunto, de baile y canciones fluyeran entrelazados, articulando las varias historias superpuestas con una escritura orquestal refinada, eficaz y concisa, heredera de la tradición europea, pero contaminada por todas las influencias musicales de su época a ambos lados del Atlántico.

La ópera se estrenó en Broadway, en el Teatro Adelphi, en 1947, conquistando el Premio Tony a la mejor partitura original en la primera edición de estos galardones, que desde entonces han crecido en prestigio y popularidad.

Sin embargo, el carácter mestizo de esta ‘ópera de Broadway’, que exige un inmenso reparto de gran diversidad, coros y orquesta, ha alejado la obra tanto de los teatros de musicales como de los templos de la ópera, colocando a Street Scene en un limbo del que comienza a liberarse.

El Teatro Real dará vida, finalmente, a esta obra incalificable, estrenándola en Madrid con dirección de escena de John Fulljames, actual director de la Ópera Real de Dinamarca, que ha dirigido Street Scene en una premiada producción de pequeño formato estrenada en Londres en 2008 y que pudo ser vista en Barcelona en 2013. En esta ocasión, su renovada concepción de la ópera contará con escenografía y figurines de Dick Bird, que recrea la atmósfera de la ópera partiendo de documentación gráfica de los años 40 neoyorquinos, reforzando su componente naturalista.

Tim Murray, que vuelve al Teatro Real después de sus interpretaciones de Porgy and Bess en el verano de 2014, estará al frente de más de un centenar de intérpretes de gran versatilidad vocal y teatral, encabezados por la soprano Patricia Racette ─que debuta en el papel y en el Teatro Real─; el barítono brasileño Paulo Szot ─asiduo en los carteles de Broadway, que ofreció un concierto en el Real la pasada temporada-; el tenor Joel Prieto ─Tamino en La flauta mágica cinematográfica dirigida por Barrie Kosky en el Teatro Real─ y la soprano británica Mary Bevan.

El Teatro Real se llenará de ritmos de jazz, de swing y de blues, llevando su nueva producción a todo el mundo a través de la edición de un DVD y de la grabación audiovisual que se distribuirá internacionalmente.

El canal francés Mezzo retransmitirá la ópera en directo el próximo 16 de febrero y Radio Clásica la emitirá en diferido.

Joel Prieto

El tenor puertorriqueño de origen español Joel Prieto, ganador de Concurso Operalia de Plácido Domingo en 2008, debuta el 5 de enero en el repertorio de la opereta como protagonista del Concierto de Año Nuevo en Luxemburgo interpretando a Edwin en Die Csárdásfürstin (La princesa gitana), de Emmerich Kálmán, junto a la Orchestre Philharmonique du Luxembourg. La ampliación de su repertorio continuará en febrero, cuando regrese al Teatro Real de Madrid -su ciudad natal- para ser parte del estreno madrileño de Street Scene, de Kurt Weill (13 al 18 de febrero y 26 de mayo al 1 de junio). La obra, que podrá verse en una coproducción con la Opéra de Monte-Carlo y la Oper Köln, también se conoce como ópera estadounidense u ópera de Broadway, apelativos propuestos por el propio compositor, y contiene algunos elementos del género del musical. «Estoy muy emocionado de poder regresar a Madrid -ciudad en la que nací y que adoro- y por supuesto al Teatro Real, que se está convirtiendo en mi segunda casa», apunta el cantante; «Street scene es una obra apasionante que mezcla varios géneros -incluyendo la ópera, el teatro musical y el jazz- y me dará la oportunidad de cantar por primera vez en inglés; estoy seguro de que el público va a disfrutar muchísimo de esta producción, espectacular en todo sentido, y estoy encantado de formar parte de ella», añade.

Más tarde, en el mes de marzo, Joel Prieto viajará hasta la ciudad en la que creció y se formó, San Juan de Puerto Rico, para formar parte del Festival Casals de dicha ciudad interpretando el Requiem de Mozart. En abril le esperan en la Ópera Nacional de Chile, en cuya sede, el Teatro Municipal de Santiago, interpretará a Don Ottavio en el Don Giovanni, de Mozart, uno de sus compositores de cabecera.

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