Daniella Barcellona y Jessica Pratt en Tancredi

El valenciano Palau de Les Arts, ha cerrado brillantemente la temporada con cinco representaciones del rossiniano Tancredi, que han reunido un magnífico elenco vocal encabezado por Daniela Barcellona como Tancredi y Jessica Pratt en el papel de Amenaide, junto a la excelente prestación de la Orquesta de la Comunitat Valenciana dirigida por Roberto Abbado. También, cabe señalar la interesante propuesta escénica de Emilio Sagi. Curiosamente, y siendo las representaciones de mayor calidad que han podido verse durante toda la temporada, la asistencia del público no ha sido masiva, pudiendo contemplarse bastantes huecos en el aforo del teatro valenciano. Eso sí, el público asistente aplaudió con gran fuerza las magníficas prestaciones de cantantes y orquesta.

Gioachino Antonio Rossini (Pesaro, 1792 – París, 1868) muy pronto se sintió atraído por la ópera. En 1810, con solo dieciocho años, estrenó en el Teatro Samuele de Venecia su primer trabajo importante La cambiale di matrimonio, al que seguirá al año siguiente L’ equivoco stravagante. Obtendrá su primer gran éxito con La pietra del Paragone estrenada en el Teatro alla Scala de Milán, en 1812, convirtiéndose en un compositor tremendamente prolífico, ya que antes de finalizar ese año, había estrenado dos nuevas óperas: La Scala di seta y L’ocasione fa il ladro. Sorprende la capacidad de Rossini para componer paralelamente, en un escaso período de tiempo, una comedia como Il Signor Bruschino, y Tancredi (su primera ópera seria) ambas estrenadas en Venecia respectivamente el 27 de enero y 6 de febrero de 1813. El éxito de las obras cómicas de Rossini, puede ocultar su gran importancia como compositor de óperas serias. Grandes títulos como L’italiana in Algeri (1813), Il turco in Italia (1814), Il Barbieri di Seviglia (1816) o La Cenerentola (1817), sumieron en un flagrante olvido las óperas serias que compuso en su período napolitano, entre 1815 y 1823. En títulos dramáticos como Otello (1816) y La donna del lago (1819), renunció al heroísmo neoclásico, para dejarse ganar por el clima romántico, que estaba comenzando a nacer. Rossini concluyó esa brillante etapa, en 1823, con el estreno de Semiramide, última de sus treinta y cuatro óperas italianas, partiendo ese mismo año hacia Francia, donde seguirá componiendo comedias como Il viaggio a Reims (1825) y Le Comte Ory (1828), títulos dramáticos como Le siege de Corinthe (1826), Moïse et Pharaon (1827); y, sobre todo, su monumental Guillaume Tell (1829), que sienta las bases del melodrama romántico, y con el que concluyó su ciclo operístico cuando solo tenía treinta y siete años.

Tancredi fue compuesta por Rossini en diciembre de 1812 y enero de 1813, con libreto de Gaetano Rossi a partir de la obra teatral Tancrède de Voltaire. El estreno tuvo lugar el 6 de febrero de 1813 en el Teatro la Fenice de Venecia, y la ópera concluía con un final feliz. El 20 de marzo de ese mismo año, Rossini estrenó en Ferrara una versión revisada que incluía diferentes cambios, siendo el más significativo un nuevo final de carácter trágico, cuyo texto fue escrito por el poeta Luigi Lechi. Este final no gustó al público, y Rossini elaboró una nueva versión, estrenada en Milán, en diciembre de 1813, que sintetizaba las ofrecidas en Venecia y Ferrara, con la inclusión del final feliz. Durante veinte años, hasta 1833, la ópera fue representada con cierta asiduidad, cayendo posteriormente en el más absoluto de los olvidos. La partitura y texto del final trágico llegó a desaparecer, siendo descubierto por el musicólogo Philip Gossett, quien elaboró una edición crítica, en 1976, a partir de la versión estrenada en diciembre de 1813, pero concluida con el final trágico de Ferrara. La recuperación definitiva de esta ópera se produjo cuando esa edición crítica se estrenó en La Ópera de Houston (Texas), en 1977, con la participación como Tancredi de la gran mezzo norteamericana Marilyn Horne, quien se convertirá en la gran avalista de esta ópera, que interpretó durante más de una década en diferentes teatros de todo el mundo, habiéndonos legado hasta ocho grabaciones en directo, entre ellas la toma en video realizada en el Teatro del Liceu de Barcelona, en 1989. La mezzo Daniela Barcellona interpretó Tancredi por primera vez en el Festival de Pesaro de 1999, convirtiéndose desde entonces en un Tancredi referencial. Ello se pone de manifiesto en diferentes tomas en audio y video, sobre todo el DVD comercializado por TDK, de unas funciones que tuvieron lugar en el Teatro Comunale de Florencia, en octubre de 2005, junto a uno de los grandes interpretes de Argirio: el tenor argentino Raúl Giménez. En España, Daniela Barcelona ha interpretado Tancredi en bastantes ocasiones: La Coruña (2003), Oviedo (2004), Teatro Real de Madrid (2007), Teatro de La Maestranza de Sevilla (2009), y ahora en las recientes funciones que han tenido lugar en el Palau de Les Arts, donde se ha representado la versión crítica de Philip Gossett con el final trágico de Ferrara.

El Tancredi representado en Valencia es una coproducción de la Ópera de Lausanne y el Teatro Municipal de Santiago de Chile, con dirección escénica de Emilio Sagi, trasladando la acción del Siglo XI, en la época de Las Cruzadas, al siglo XIX, en el período italiano del Risorgimento. La acción comienza en el gran salón de un palacio, con columnas de mármol y grandes ventanales con bellas vidrieras policromadas, donde muchos comensales se reúnen alrededor de una gran mesa, ataviados con vistosos y recargados uniformes diseñados por Pepa Ojanguren, habitual colaboradora de Emilio Sagi. Ese mismo escenario se va transformando, mediante rápidos desplazamientos de sus paredes y una cambiante iluminación, en diferentes espacios escénicos: el reducido e intimista donde se desarrolla el dúo de Tancredi y Amenaide del Acto I, ya en el Acto II, se convierte en el elegante despacho de Argirio o en la cárcel donde recluyen a Amenaide.

En algún momento, a la búsqueda de un esteticista impacto visual, el planteamiento escénico resulta fallido, como en la secuencia de la batalla, en el Acto II, acotada en un espacio cuyo fondo es un panel donde están ensamblados muchos pequeños espejos, la oscuridad escénica solo es alterada por los focos de las linternas que portan figurantes y que se reflejan en los espejos, molestando seriamente a los espectadores. Resulta atractiva la escena final de la ópera donde puede verse un gran monumento funerario que en cuya base se produce la muerte de Tancredi en brazos de Amenaide. Señalar la falta de idoneidad del traje militar que porta Tancredi, encorsetando sus movimientos escénicos. Si exceptuamos la escena de las linternas deslumbradoras, resulta bastante apropiado el diseño de iluminación realizado por Eduardo Bravo, creando adecuados ambientes escénicos siempre en consonancia con el desarrollo de la acción.

Excelente dirección de Roberto Abbado, quien consigue una alta prestación de la Orquesta de la Comunitat Valenciana. El maestro Abbado conoce muy bien esta partitura, habiéndola dirigido en bastantes ocasiones, pudiéndose escuchar una magnífica grabación de estudio realizada por RCA, en 1995, donde dirigía a la Müncher Rundfunk Orchestra, con Vesselina Kasarova como Tancredi, la Amenaide de Eva Mei y el excelente Argirio de Ramon Vargas, exhibiendo una voz de gran belleza. Esta versión discográfica contiene los dos finales y el aria alternativa de Amenaide “Ah, se pur morir degg’io” que Rossini compuso para la versión de Ferrara.

Roberto Abbado se presentó con el brazo derecho inmovilizado por una lesión, lo que aún hizo más meritoria su labor directorial, que ya se puso de manifiesto desde la misma obertura (idéntica a la de otra ópera anterior de Rossini: La pietra del paragone) en cuya primera sección de corte claramente mozartiano, brillaron metales y maderas; y, una segunda sección, dominada por un reiterado crescendo orquestal, típicamente rossiniano, que se va alternando con la interpretación de una graciosa melodía donde destacan las intervenciones del violonchelo en conjunción con la flauta, fagot y toda la cuerda. Magnífico el sonido del preludio orquestal que introduce la gran escena de Tancredi del Acto I, con el continuo sonido de la cuerda grave acompañando a violines y maderas, junto a las lucidas intervenciones del oboe solista. Destacar el acompañamiento en el gran dúo de Amenaide y Tancredi en el Acto I, que finaliza con una brillante coda. También, la actuación orquestal en el final del Acto I: sexteto y concertante conclusivo. Ya, en el Acto II, resultó excelente la prestación del clarinete solista en el transcurso del aria de Isaura, seguida de la brillante ejecución de la música, de fuerte aliento sinfónico, que precede y acompaña el recitativo de Amenaide “Di mia vita infelice”. Muy bella la introducción y acompañamiento orquestal del aria de Roggiero en el Acto II. Resaltar el etéreo y tenue sonido camerístico de la cuerda, que acompaña la escena de la muerte de Tancredi. En los numerosos recitativos que contiene esta ópera, cabe destacar la excelente prestación del bajo continuo compuesto por pianoforte (José Ramón Martín), violonchelo (Rafal Jezierski) y contrabajo (David Molina). Buena labor concertante de Roberto Abbado siempre pendiente de las voces.

La gran mezzo triestina Daniela Barcellona ha hecho de Tancredi su papel más paradigmático, aportando su precisa vocalidad belcantista, gran interpretación dramática y una presencia escénica totalmente identificada con el personaje. Ya, resulta brillante su entrada escénica con la interpretación del recitativo “Oh patria, dolce e ingrata Patria”, que inicia con una mezza di voce, y donde exhibe una depurada línea de canto llena de expresividad, con excelentes regulaciones del sonido. El recitativo enlaza con el arioso “Tu che accendi questo core” para concluir con el famosísimo “Di tanti palpiti”, interpretado en el más puro estilo belcantista, ejecutando con maestría las pertinentes variaciones en la repetición iniciada con la frase “Sarà felice”, donde muestra su dominio de las agilidades, junto a unos agudos muy bien emitidos. Ya, en el Acto II, realiza una gran interpretación de la cavatina “Ah, che scordar non son” con la reiterada frase “L’adoro ancor” cada vez expresada con diferentes matices. Realiza una gran interpretación vocal y dramática del aria-rondó “Perché turbar la calma”, con una primera sección lenta, llena de tristes acentos, que deriva a otra mucho más rápida, iniciada con la agresiva frase “Traditrice! Io t’abbandono”, donde muestra su gran dominio de las agilidades con puntuales y precisas subidas al agudo. Se suceden esos cambios de ritmo lento-rápido, en un continuo crescendo, para concluir el aria con la heroica y reiterada frase “Al campo, al campo a trionfar” insertando poderosos agudos magníficamente emitidos. En un registro totalmente diferente, ya a punto de morir, dota de patéticos acentos el recitativo-aria “Oh Dio, lasciarte io deggio….Amenaide, serbami tua fe” conclusivo de la ópera.

Gran interpretación como Amenaide de la soprano Jessica Pratt, en posesión de una voz de atractivo timbre, bien proyectada, con dominio del canto legato, excelentes regulaciones de sonido y un absoluto dominio de la coloratura: trinos, escalas, notas picadas, junto a agudos y sobreagudos muy bien emitidos. También, cabe destacar su magnífica actuación escénica. Todo ello, ya se pone de manifiesto en su cavatina inicial “Come dolce all’alma mia” . En el Acto II, dota de gran lirismo su recitativo-aria “Di mia vita infelice…..No, che il morir non è”, con melancólicos acentos y excelente capacidad para las medias voces y las regulaciones de sonido, emitiendo bellas notas en pianissimi. Sus momentos más brillantes se producen en el recitativo-aria “Gran Dio!…..Giusto Dio che umile adoro” donde en recitativo y primera parte del aria, muestra una depurada línea de canto llena de expresividad, emitiendo preciosos filados, apianando la voz incluso en las notas agudas. Ya, en la segunda parte del aria, donde la música retoma el crescendo de la obertura, puede constatarse la capacidad de la cantante para la coloratura, emitiendo notas picadas con verdadera precisión, subiendo con facilidad al agudo y sobreagudo y finalizando el aria con un impresionante Mi5.

De calidad extrema resultan los dos dúos interpretados de Pratt y Barcellona, especialmente la sección central del segundo “Ah, come mai quell’anima”, con acompañamiento de la cuerda en pizzicato.

El personaje de Argirio es interpretado por el tenor chino Yijie Shi, magnífico cantante rossiniano, a pesar de su poco atractivo timbre. Durante sus numerosas intervenciones mostró un elegante fraseo y excelente ejecución de las agilidades. Especialmente brillante resultó su interpretación del recitativo-aria “Oddio crudel! Qual nome….Ah! segnar invano io tento”, ofreciendo en el recitativo, un canto lleno de expresividad; y, en el aria, momentos meditativos apianando la voz, junto a otros de auténtico canto de bravura con brillantes subidas al agudo y sobreagudo. Muy bien en su dúo con Tancredi del Acto II.

El bajo Pietro Spagnoli, tiene una voz en exceso lírica para el papel de Orbazzano y su interpretación no pasó de discreta, a pesar de tener verdaderas oportunidades de lucimiento, ya que en esta versión de Tancredi se inserta el aria “Alle voci della gloria” (inmediatamente antes del dúo de Tancredi y Argirio del Acto II) que habitualmente es omitida. En el papel de Isaura, la mezzo Martina Belli mostró una voz grande aunque un tanto gutural, con buen dominio de las agilidades, en la interpretación de su aria “Tu che i miseri conforti” del Acto II. La joven soprano Rita Marqués perteneciente al Centro de perfeccionamiento Plácido Domingo, se lució en su aria “Torni alfin ridente”. Excelentes los números de conjunto que cierran el Acto I, sobre todo el concertante final. Magnífica actuación del Coro de la Generalitat Valenciana (en este caso solo voces masculinas) en sus numerosas intervenciones, destacando su interpretación en el Acto II del Coro di Saraceni: “Regna il terror nella citta”.

Estas funciones de Tancredi estuvieron dedicadas a la memoria del director de orquesta y musicólogo Alberto Zedda, fallecido el pasado mes de marzo, cuya labor ha sido esencial en la recuperación de toda la obra rossiniana.

 

Tancredi

El Palau de les Arts Reina Sofía cierra la temporada lírica con su primera incursión en la ópera seria de Gioachino Rossini, ‘Tancredi’, que se estrenará el próximo viernes, 23 de junio en la Sala Principal.

El intendente de Les Arts, Davide Livermore, ha presentado este título hoy en conferencia de prensa junto con Roberto Abbado, director musical; Emilio Sagi, director de escena; la mezzosoprano Daniela Barcellona (Tancredi); la soprano Jessica Pratt (Amenaide); el tenor Yijie Shi (Argirio); y el barítono Pietro Spagnoli (Orbazzano).

El también director artístico del teatro de ópera ha recordado que se dedicarán las representaciones de ‘Tancredi’ a la memoria de Alberto Zedda, máxima autoridad en la obra del compositor de Pésaro, que ejerció, además, de primer director artístico del Centre Plácido Domingo:

“Qué mejor homenaje podemos rendirle, que ofrecer un Rossini con los mejores mimbres artísticos que se pueden encontrar en el panorama operístico actual, a la altura de su Rossini Opera Festival de Pésaro o de los mejores teatros del mundo”, ha explicado Livermore.

Roberto Abbado, por segundo año consecutivo, cierra la oferta de Les Arts con este título, que compagina con el concierto que dirigirá en el Palau de la Música con la soprano Anna Caterina Antonacci y la Orquestra de la Comunitat Valenciana el día 30 de junio.

Según destaca el maestro milanés: “Rossini ha sido el compositor de ópera más grande de su tiempo, con gran influencia no sólo en la ópera italiana sino también en la francesa. Lo más fascinante es el desarrollo innovador, no hay otro italiano que haya empujado la ópera hacia adelante como él, era como si tuviese un telescopio para mirar el futuro”.

“Siempre utiliza -continúa el director- un idioma muy típico y reconocible, por eso la dificultad como intérpretes es que debemos saber distinguir para hacer que ese mismo idioma funcione de forma distinta en una ópera seria o en una ópera bufa”.

Sobre los diferentes finales, Roberto Abbado matiza que de los tres que existen: Venecia, Ferrara y una versión milanesa con otros personajes, el final trágico (Ferrara, marzo 1813) que se verá en Les Arts, corresponde “según mi visión al ideal de ‘Tancredi’ que Rossini había pensado, además de ser muy innovador porque en él la música se va desintegrando para terminar en silencio”.

Se trata de la séptima puesta en escena que Emilio Sagi presenta en el enclave cultural valenciano tras sus celebradas propuestas para ópera española y zarzuela: ‘La Bruja’ y ‘El rey que rabió’, ambas de Ruperto Chapí; ‘Luisa Fernanda’, de Moreno Torroba; ‘El dúo de ‘La Africana’, de Fernández Caballero, ‘Katiuska’, de Pablo Sorozábal y ‘Lucrezia Borgia’, de Donizetti.

El montaje, coproducido por la Opéra de Lausanne y el Teatro Municipal de Santiago de Chile, cuenta con escenografía de Daniel Bianco, vestuario de Pepa Ojanguren e iluminación de Eduardo Bravo.

El reputado director de escena ovetense emplea una estética “inspirada en los principios del siglo XX, pero con un corte atemporal” para “ganar en credibilidad y dar una imagen menos acartonada del libreto”. “La música de Rossini -apunta- es universal y moderna también, por eso funciona hacer un montaje alejado de la narración original palabra por palabra, que no es otra cosa que una historia de caballeros y héroes”.

Daniela Barcellona, voz rossiniana de referencia, regresa a Les Arts con uno de sus papeles fetiche, Tancredi, que le ha acompañado toda su carrera desde su debut en Pésaro en 1999. Se trata de su tercera actuación en el centro operístico, tras cantar en la Gala Puccini bajo la batuta de Plácido Domingo en 2008, encarnar a Didon en ‘Les Troyens’, con Valery Gergiev, en 2009, y presentar por primera vez el rol de Amneris en ‘Aida’ en 2010.

“Para mí, Tancredi es un rol muy significativo, porque ha sido el papel que ha hecho toda mi carrera. Cuando lo debuté sabía que suponía una gran responsabilidad, ya que antes de mí lo había cantado Lucia Valentini Terrani. Como personaje, lo sigo amando muchísimo, es poético y muy positivo, tanto que pese a que piensa que Amenaide no lo ama, se bate por ella”, subraya la mezzosoprano italiana.

Jessica Pratt interpreta a Amenaide, su primer papel en Valencia. La soprano, nacida en Inglaterra pero criada en Australia, es una de las voces con mayor presencia en la escena internacional. Desde su debut en 2007 como ‘Lucia di Lammermoor’, su nombre es imprescindible en las grandes producciones de bel canto en Europa y Estados Unidos, que le ha llevado a conseguir numerosos galardones en todo el mundo.

“Tancredi’ -añade Jessica Pratt- fue la primera ópera de Rossini que vi en Italia y también la que me hizo enamorarme del bel canto. Amenaide es un papel muy interesante tanto escénica como musicalmente. La música es increíblemente hermosa, aunque también supone un reto porque tiene mucho que cantar: dos duetos, tres escenas y el final primero… Físicamente es muy exigente, pero yo adoro los desafíos”.

En el apartado masculino, Les Arts cuenta con otras dos figuras de contrastado prestigio que también hacen su primera incursión en el centro operístico valenciano: Yijie Shi (Argirio) y Pietro Spagnoli (Orbazzano).

El tenor chino Yijie Shi está en primera línea de la escena operística después de ser la revelación en el Rossini Opera Festival de 2008 con el papel de Cavalier Belfiore en ‘Il viaggio a Reims’, al que siguió un sonado éxito por el papel protagonista en ‘Le comte Ory’ en 2009.

Pese a su juventud, Yijie Shi cuenta ya con el reconocimiento de los teatros de ópera más prestigiosos como el Metropolitan de Nueva York, la Ópera de San Francisco, el Théâtre des Champs Élysées de París, la Accademia Nazionale di Santa Cecilia en Roma, el Maggio Musicale Fiorentino, el Rossini Opera Festival de Pésaro, la Deutsche Oper de Berlín o La Fenice de Venecia, y ha trabajado con directores como Roberto Abbado, Zubin Mehta, Kent Nagano y Alberto Zedda.

Nacido en Roma, el barítono Pietro Spanogli es uno de los intérpretes de referencia en el repertorio de Donizetti, Mozart y Rossini gracias a papeles como Figaro y Conte Almaviva en ‘Le nozze di Figaro’; el rol protagonista en ‘Don Giovanni’; Guglielmo y Don Alfonso en ‘Così fan tutte’; Dandini y Don Magnifico en ‘La Cenerentola’: Belcore y Dulcamara en ‘L’elisir d’amore’; Sulpice en ‘La fille du regiment’ o Malatesta en ‘Don Pasquale’.

Cierran el elenco de ‘Tancredi’, la emergente mezzosoprano Martina Belli (Isaura) y la soprano del Centre Plácido Domingo Rita Marques (Roggiero).

‘Tancredi’ es un ‘melodrama heroico’ en dos actos con libreto en italiano de Gaetano Rossi, que fue representado por primera vez en el teatro La Fenice de Venecia el 6 de febrero 1813. El texto está basado en la tragedia ‘Tancréde’, que escribió Voltaire en 1759.

Además del día 23, Les Arts ha programado otras representaciones de la ópera de Rossini los días 25, 27 y 29 de junio además de una última función el 1 de julio.

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