JordiFrancés

Como “un músico apasionado y comprometido”. Así se define a sí mismo Jordi Francés (Banyeres de Mariola, Alicante), el director musical que a finales de mayo se pone al mando de un grupo de solistas de la Orquesta Titular del Teatro Real de Madrid (Sinfónica de Madrid) y de un selecto reparto con el que compartirá protagonismo en el estreno absoluto de la ópera Tránsito, con música y libreto de Jesús Torres basada en la obra teatral homónima (1944) de Max Aub. La ópera de cámara, un encargo del Teatro Real, se inscribe en la programación del coliseo madrileño en coproducción con el Teatro Español y verá la luz los días 29 y 30 de mayo y 1, 2, 4 y 5 de junio en la Sala Fernando Arrabal A de Naves del Español en Matadero de Madrid. “Es una obra muy exigente tanto desde el punto de vista vocal e instrumental como teatral”, afirma el director. “Se trata de una partitura extraordinariamente bien orquestada, en la que cada detalle está muy cuidado. Hay algunas partes muy exigentes, como es el caso del acordeón, el piano o la percusión, resultando una ejecución de enorme dificultad”.

Tránsito se estrena en una producción que escénicamente firma Eduardo Vasco; el figurinista es nada menos que el popular modista Lorenzo Caprile y en el reparto figuran Isaac Galán, María Miró, Anna Brull, Javier Franco y Pablo García López. Compuesta durante los meses del confinamiento, la ópera pone en música Tránsito, una obra de teatro escrita en 1944 cuando Max Aub se encontraba en el exilio en México y ambienta la acción en dos planos paralelos que se mezclan, el de la realidad y el de la fantasía que vive el protagonista en su mente. Tránsito, su amante mexicana, y Cruz, su mujer a la que deja en España huyendo de la Guerra Civil, encarnan estos dos ámbitos.

Para Francés, “musicalmente la ópera está planteada con una inteligencia tremenda; música y texto conviven y evolucionan de la mano. Además, Jesús ha logrado algo que no todos consiguen, unas líneas vocales en las que el castellano funciona tan bien para el canto como lo hacen otras lenguas de la tradición operística. Conozco a Torres desde hace 15 años, he estrenado diversas obras suyas y compartimos una muy buena química a la hora de trabajar. Es un creador con una fuerte personalidad y una gran determinación para hacer llegar al público las ideas que hay detrás de su música; esta virtud nos sitúa a los intérpretes en una tesitura muy potente y estimulante”, concluye.

El maestro alicantino, que debutó en la programación del Teatro Real en 2016 con Brundibar, lleva a sus espaldas una ascendente trayectoria en podios de importantes orquestas y teatros de Europa y América, afrontando un repertorio tanto operístico como sinfónico, clásico y de nueva creación. Ha dirigido conjuntos como la Orquesta Nacional de España, la de la Comunidad de Madrid, la de Valencia, la BBC Philharmonic, el Ensemble InterContemporain o la Sinfónica de Bilbao.

Entre otros compromisos, Jordi Francés regresará a Madrid el mes de junio para ensayar un programa con obras de Brahms y Schumann que dirigirá ese mismo mes, ante la Orquesta Freixenet, en Mérida.

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Je suis narcisiste

El Teatro Real y el Teatro Español se unen, por primera vez, en un proyecto cultural que supondrá el estreno absoluto de la obra Je suis narcissiste, ópera bufa de la compositora española Raquel García-Tomás, con libreto de Helena Tornero, en el que se denuncia, en clave de humor, el delirante narcisismo imperante en la sociedad actual.

La ópera cuenta con dirección musical de Vinicius Kattah y escénica de Marta Pazos y la interpretación de las sopranos Elena Copons y María Hinojosa, el barítono Toni Marsol, el tenor Joan Ribalta y la Orquesta Titular del Teatro Real.

Este apasionante proyecto tiene un equipo esencialmente joven y femenino, aunque ya consolidado en el panorama cultural español que ha puesto en pie una historia llena de frescura, cargada de humor negro, en la que se cuenta cómo Clotilde, una gestora cultural a la que le empiezan a suceder todo tipo de infortunios, se ve desbordada por el día a día y la relación con los diversos y excéntricos personajes que la rodean.

Tanto los ensayos, como una parte del proceso creativo, han tenido lugar en el Teatro Real, y el desarrollo de todo el trabajo ha sido, según sus protagonistas, absolutamente agotador, pero en todo momento gratificante y, tanto cantantes como equipo artístico, coinciden al definirlo como divertido e intenso.

La idea de Je suis narcissiste nace del encuentro de Raquel García-Tomás con Helena Tornero en un café de Viena, tras la visita de una de ellas a la casa museo del padre del psicoanálisis Sigmund Freud, lo que les llevó, de una manera casi inconsciente, a hablar del narcisismo basado en la imagen que Freud tenía de la mujer. Freud afirmaba que las mujeres tendían más al narcisismo que los hombres, porque estaba más predispuesta a ser objeto de amor y tenía una mayor preocupación por su apariencia física. En este mes de marzo, donde el 8 de marzo se celebra el día de la mujer, nada mejor que esta ópera bufa para desmontar una imagen obsoleta de la mujer a través del humor negro de dos mujeres de la época actual.

La directora de escena, Marta Pazos, ha contado con la desbordante creatividad del diseñador de vestuario Pier Paolo Álvaro, cuyos coloridos figurines sustentan el eje de la trama, entre la ensoñación y lo absurdo, y cobran doble vida gracias a la iluminación de Nuno Meira. Todos ellos enmarcados por la escenografía de Fernando Ribeiro.

Pazos ha contado también con la estrecha colaboración de la bailarina y coreógrafa Amaya Galeote, como asesora de movimiento, para tejer el discurso narrativo de una obra como Je suis narcissiste, cargada de referencias a los programas radiofónicos de los años 1950, a las películas de Doris Day y las cintas de animación de Tom y Jerry, en las que el discurso musical cumple la función explícita de apoyar y subrayar cada una de las acciones.

Se trata de una producción de Òpera de Butxaca i Nova Creació en coproducción con Teatro Real, Teatro Español y Teatre Lliure, con la colaboración de Mondigromax, la SGAE y el acompañamiento de la Fundació Catalunya Cultura, con el apoyo del Institut de Cultura de Barcelona y el Departament de Cultura de La Generalitat de Catalunya.

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