Riccardo Frizza photo credit © Simone Falcetta

Riccardo Frizza, uno de los directores más importantes de la actualidad, continúa reforzando el vínculo con el Gran Teatre del Liceu, sus cuerpos estables y su público, esta vez de la mano de Giuseppe Verdi y su ópera Un ballo in maschera, título al que debutó en la Opéra de Montpellier hace dos décadas. El maestro de Brescia, que tiene una sólida y larga relación con los teatros españoles como el Teatro Real, la temporada de Abao Bilbao Opera o el mismo Liceu, se muestra entusiasmado ante esta nueva lectura de la “enigmática obra maestra de Verdi”, afirma; “el teatro musical y yo mismo hemos cambiado mucho en los últimos años, así que siento que esta será algo así como mi primera vez ante Un ballo in maschera, ya que ahora la afronto desde otra perspectiva tras la experiencia y madurez ganada en estos años. Es una ópera bellísima, pero al mismo tiempo muy complicada y dramatúrgicamente se mueve en ese milagroso equilibrio entre la comedia y la tragedia, tejida de conspiraciones, enredos, romances y supersticiones, pero también con aspectos mágicos y atmósferas de cementerio, para rematar todo con los colores brillantes de un baile de máscaras, espléndido pero fatal”. Para el director, “Verdi tenía razón” al oponerse a los vetos de los censores de la época del estreno, “contrarios a la primera versión de la ópera, ambientada en la corte sueca y que debería haberse estrenado en 1857 en el Teatro San Carlo de Nápoles. La obra finalmente se presentó –continúa Frizza– en el Teatro Apollo de Roma en 1859, pero trasladando la historia al Boston colonial y cambiando los nombres de los personajes (el rey Gustavo III pasa a ser el conde Riccardo) para contentar a los censores pontificios. La transposición, en general, no cambió mucho para Verdi, quien logró mantener el título que aclaraba y resumía el argumento y que, más allá del personaje de Gustavo III, era precisamente el que apareció en la fuente original de Scribe, Le Bal masqué.

En el Liceu la obra subirá a escena del 9 al 20 de febrero –tras el preestreno Under 35 para jóvenes del 7 de febrero– en el montaje “visionario” de Graham Vick, “llevado a cabo por Jacopo Spirei sobre las ideas del director de escena en el Regio de Parma en 2021, estrenada tres meses después de la muerte de Vick”, continúa Frizza. “Se trata de un espectáculo en el que nada es lo que parece y que revela nuestras debilidades y fragilidades. La música de Verdi es una inspiración, un pegamento y un bálsamo. Con la Simfònica y el Coro del Liceu y un doble elenco formidable encabezado por Freddie De Tommaso y Anna Pirozzi y Arturo Chacón-Cruz y Saioa Hernández, estamos haciendo un trabajo de exploración apasionante de una partitura que siempre ha encantado en escenarios de todo el mundo”, concluye el maestro.

Tras este compromiso, el director musical del Festival Donizetti de Bérgamo y de la Orquesta y Coro de la Radio Húngara en Budapest, inicia en marzo una gira de conciertos sinfónicos que lo llevarán a Austria (con conciertos junto a la Tonkünstler-Orchester Niederösterreich en el Musikverein vienés y en el Festspielhaus en St. Pölten y un programa que incluye obras de Glinka, Shostakovich y Martucci) al País Vasco (con la Euskadiko Orkestra y obras de Rachmaninov y Strauss) y a Budapest (con la Sinfónica de la Radio de Hungría y la Octava Sinfonía de Mahler) para, más tarde, dirigir Le Villi, de Puccini, en el Teatro Regio de Turín y Maria Stuarda en su regreso al Teatro San Carlo de Nápoles.

Riccardo Frizza photo credit © Simone Falcetta

María José Montiel

María José Montiel inicia 2022 con un repertorio que le apasiona, el verdiano. Será en el Baluarte de Pamplona y con dos funciones –los días 4 y 6 de febrero– de Un ballo in maschera, interpretando a Ulrica, un rol que la mezzo madrileña tiene en repertorio desde que el maestro Zubin Mehta se lo propusiera para debutarlo en Tel-Aviv bajo su dirección y junto a la Filarmónica de Israel. “Fue una de esas cosas maravillosas que te ocurren en la vida. El maestro Mehta me invitó a cantarlo y desde el primer momento me enamoré de la fuerza vocal y dramática del personaje”, comenta la cantante española. “Se trata de un rol verdiano de tesitura grave, pero al mismo tiempo tiene subidas a la zona aguda, y aunque no es excesivamente largo, es tremendamente exigente; siempre lo he sentido muy cómodo porque me permite desarrollar la voz a través de la respiración, resaltando la redondez y riqueza de toda la tesitura; además me entusiasma lo que el genio de Verdi creó en esta maravillosa partitura, con momentos verdaderamente gloriosos, en los que el compositor, con una elaboradísima orquestación, dejó volar la imaginación imprimiendo un despliegue melódico impresionante; fue en realidad una ópera con la que el propio Verdi hizo una gran progresión estilística, dejando atrás la estructura clásica del recitativo, aria y cabaletta para jugar con un discurso musical más desarrollado y algo más cercano a la grand opéra de Meyeerber, eso sí, sin renunciar ni un ápice a su italianidad; es verdaderamente apasionante”, afirma la mezzosoprano, quien desde finales de 2018 compagina su actividad profesional sobre los escenarios con la docencia como catedrática de canto de la Universität der Künste Berlin. “Me hace una especial ilusión llevar este personaje ahora a Pamplona, donde canto a menudo y me siento siempre como en casa”, concluye.

La propuesta del popular título verdiano que se verá en el auditorio navarro es una coproducción de la Opéra National de Lorraine, Théâtres de la Ville de Luxembourg, Opéra Zuid et Angers-Nantes Opéra, con dirección de escena firmada por Waut Koeken y con Yves Abel al frente de la Sinfónica de Navarra y del Coro Lírico AGAO. Montiel compartirá escenario con la soprano Maria Pia Piscitelli como Amelia, el tenor Sergio Escobar como Riccardo-Gustavo III y el barítono Artur Rucinski como Renato-Conde Anckarström.

Tras las funciones de Un ballo in maschera en Pamplona, a María José Montiel le esperan otros compromisos como el estreno absoluto del Stabat Mater de Moreno-Buendía junto a la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia dirigida por Manuel Hernández-Silva, un recital acompañada por la pianista Laurence Verna para la Sociedad de Conciertos de Alicante y la ópera contemporánea María Moliner, de Parera Fons, en el Festival de Teatro Lírico Español de Oviedo.

Baluarte

Un ballo in maschera

Después de analizar las posibles causas de la protesta de un grupo de espectadores que ha acudido ayer, 20 de septiembre, a representación de Un ballo in maschera, que finalmente no ha podido llevarse a cabo, el Teatro Real lamenta mucho lo sucedido y expresa su comprensión con todos los espectadores que no se han sentido seguros en sus butacas, aunque se cumpliera escrupulosamente con la normativa sanitaria vigente en la actualidad, comprobada por la Policía que se ha desplazado anoche al Teatro.

Quizás el origen de la disconformidad de una parte del público con la distribución de sus localidades en la sala se deba a los cambios en el protocolo de seguridad sanitaria adoptado para las funciones de Un ballo in maschera, que no son los mismos que se aplicaron en las representaciones de La traviata en julio: se ha eliminado el precintado de las sillas y la obligatoriedad de dejar dos butacas vacías al lado de otras dos ocupadas, ya que ha variado también la normativa sanitaria de la Comunidad de Madrid.

En las funciones de La traviata no salieron a la venta las localidades previamente bloqueadas y en Un ballo in maschera se ha dejado venta libre hasta completar el 65% del aforo total de la sala, cuando el máximo autorizado por la Comunidad de Madrid era ayer de un 75%. Así, el público que ha comprado sus entradas ha podido elegir libremente sus localidades en la sala, sin límite por zonas, estando contemplada por el teatro, dentro de la normativa sanitaria vigente, la posibilidad de que los espectadores se sentaran en butacas consecutivas –tal como pasa en los transportes públicos- protegidos por su mascarilla y en una sala en que están en silencio escuchando la ópera.

Quizás este hecho haya sido el desencadenante de las protestas, ya que el público esperaba encontrar la sala con una distribución de las butacas similar a la de las funciones de julio, pero el protocolo sanitario de entonces y el de ahora es distinto, como lo ha sido en el escenario, en el que se está ofreciendo ya una producción operística completa, con escenografía, figurines, y los solistas, coro y bailarines con una mayor movilidad en el escenario.

El Teatro Real quiere reiterar su compromiso con la seguridad sanitaria del público, artistas y trabajadores, en el que lleva trabajando con ahínco, responsabilidad y mucha energía, desde el mes de abril, con un Comité Médico proprio y el seguimiento escrupuloso de la normativa del Gobierno de España y de la Comunidad de Madrid.

Después del incidente de anoche el Teatro Real adoptará todas las medidas necesarias para que los espectadores se sientan más seguros, reforzando igualmente su comunicación con el público.

El Teatro Real agradece, como siempre, a los artistas y trabajadores toda su implicación y entrega para hacer la ópera posible en estos días de incertidumbre. Una vez más este agradecimiento es extensivo a todo el público, incluyendo también a los espectadores que anoche no se han sentido cómodos en la sala. A todos pedimos confianza, comprensión y generosidad para afrontar juntos estos días difíciles, en los que el arte y la música son más necesarios que nunca.

Fotografía: Javier del Real

Teatro Real

Teatro Real

Hoy, 20 de septiembre, antes del inicio de la función de Un ballo in maschera, en la que había 905 localidades ocupadas (51,5% del aforo total de la sala), un grupo de espectadores ha expresado con aplausos y gritos su disconformidad con el emplazamiento de sus localidades.

La protesta se ha prolongado pese a los avisos de megafonía que ofrecían a los espectadores la posibilidad de recolocarles o devolverles el importe de las entradas.

Después de la reubicación de una gran parte de los espectadores que protestaban, y de dos intentos de interpretar la ópera por parte del director de orquesta y de todos los artistas y técnicos que participaban en la función, un reducidísimo grupo insistió en proseguir con sus protestas para boicotear la representación, por lo que la misma tuvo que suspenderse, cerca de las 21.10 horas.

La dirección del Teatro Real abrirá una investigación para averiguar esta lamentable incidencia y tomará las medidas necesarias para para que las sucesivas funciones se desarrollen con normalidad.

Teatro Real

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Un Especial baile de máscaras

Un ballo in maschera

Giuseppe Verdi (1813-1901)

Pocas veces un título es tan acertado para describir una situación. Y es que el Teatro Real estrena esta extraña e incierta temporada 20/21 con ‘Un ballo in maschera’, de Verdi.

Para entrar en el Teatro hay que dedicarle ahora un poco más de tiempo. No puede una saltarse ninguno de los pasos de la nueva liturgia de seguridad contra el covid-19 que en este Teatro es especialmente minuciosa. Todo perfectamente ordenado para evitar cualquier tipo de aglomeración y un solícito personal de sala que da todo tipo de información e indicaciones.

Esta temporada el Teatro Real pone en marcha una iniciativa que ya se viene realizando en otros teatros europeos con gran éxito. Se trata de un preestreno dedicado exclusivamente a los jóvenes. El 16 de septiembre, dos días antes del estreno oficial, ha tenido lugar esta estimulante premier que ha tenido una respuesta extraordinaria. Una magnífica iniciativa muy celebrada por una joven afición que normalmente, bien por razones de aforo o por el elevado precio de las localidades, no acude a estos espectáculos con la asiduidad que le gustaría.

Hemos hablado con alguno de estos jóvenes que han venido a esta primera gala y han compartido con nosotros sus puntos de vista. Hoy ellos son los protagonistas.

No es la primera vez que Cristina asiste a una ópera. De hecho, ha trabajado como maquilladora en el Teatro. ”Me parece muy buena la iniciativa, me gusta mucho y si hoy, que vengo sola, me gusta, me voy a traer a todos mis amigos. Por 35€ me parece brutal poder venir y disfrutar de todo esto”.

Manuel y José Ignacio, son músicos que vienen por primera vez al Teatro Real desde Sevilla y Aracena, Huelva. “Nuestras expectativas son muy altas. Siempre nos ha gustado la música de Verdi y venimos con ganas. La propuesta del Teatro nos parece muy interesante, sobre todo para el acercamiento de la ópera a los jóvenes. Generalmente no nos lo podemos permitir y estos son unos precios muy razonables. Siempre nos teníamos que conformar con verla por internet y ahora estamos aquí.”

Gonzalo y Eduardo es la primera vez que vienen a la ópera y se encuentran un poco perdidos. “Venimos con ganas, es una experiencia nueva y creo que nos va a gustar. Desde fuera tiene muy buena pinta. La primera vez, ¡a ver qué tal!”.

A diferencia de la Traviata del mes de julio, este Ballo in Maschera es escenificado. Ante la imposibilidad de trasladar a Madrid la producción inicialmente programada de David Alden, se ha optado por la escenografía de Gianmaria Aliverta. El esfuerzo realizado para adaptar esta producción, estrenada en 2017 en el Teatro La Fenice de Venecia, a los estrictos protocolos sanitarios ha sido importante. La escenificación es casi completa. Evitando el contacto o la cercanía entre los intérpretes y en el que solo los bailarines llevan mascarilla, por cierto, tan discreta que apenas se deja ver.

La escenografía resulta anticuada y sosa. Todos los elementos son muy estáticos, a excepción de una gran roca en el segundo acto que gira (para tormento de Amelia, que tiene que cantar a la vez que trepa por ella). Nada en el escenario proporciona el dinamismo al que no llegan los cantantes, por la necesaria falta de movimientos. Tampoco ayudan los largos cambios de escénicos durante la representación.

La coreografía del cuerpo de bailes tampoco es muy estimulante, no parece muy elaborada. Desconcierta también el hecho de situar la obra en la América de la esclavitud, con una bandera americana con excesiva presencia, por lo gigantesca.

Pero la ausencia de proximidad entre los cantantes, sobre todo en el dúo de amor, es compensado por la música. El maestro Luisotti lo describe muy bien: “La experiencia de la ópera es una experiencia personal. La posibilidad de cerrar los ojos e imaginar lo que está ocurriendo nos lo proporciona la música. En el dúo de amor, aunque no lo estuviera viendo, puedo imaginar el abrazo de los dos amantes.” Verdi consigue transmitir, a través de su música, las palabras exactas para describir una acción.

Un Ballo in maschera es sin duda la más italiana de las óperas de Verdi, y la batuta de Nicola Luisotti, gran conocedor de este repertorio, lo pone de manifiesto a lo largo de toda la representación. Si uno se abandona a la música y el color y detalle que Luisotti extrae de la orquesta, nada de lo que ocurre en el escenario altera la esencia de la obra.

Hay que reconocer el gran trabajo desarrollado por el escenógrafo Massimo Checchetto y por los cantantes. No es fácil desenvolverse en un escenario manteniendo distancias con todo el mundo. Lo que afecta también, no solo a la interpretación, sino a la proyección sin referencias cercanas.

Este Ballo in maschera cuenta con dos repartos y cuatro Amelias. La representación de la gala joven estuvo a cargo de un segundo reparto encabezado por el veterano Ramón Vargas, como el Conde Ricardo, que conserva la clase y el fraseo que hicieron de él uno de los más grandes tenores. La madrileña Saioa Hernández, como Amelia, que demostró una gran sensibilidad con la expresividad de su voz. Geroge Petean, con una profunda voz de barítono que dio vida al amigo y después rival de Ricardo. Silvia Beltrami, que construyó un oscuro personaje de la hechicera Ulrica. Elena Sánchez Pereg, que interpretó al joven Oscar, Tomeu Babiloni, como Silvano, Daniel Giulianini, como Samuel, Goderdzi Janelidze, como Tom y Jorge Rodríguez Norton.

El coro estuvo asistido en todo momento por la técnica para poder guardar las distancias sobre plataformas móviles.

Un comienzo de temporada esperanzador en medio de esta situación distópica y llena de incertidumbre pero, como recordó Vargas Llosa la noche del estreno “La cultura está hecha para enfrentar tiempos difíciles”. Por eso estamos aquí, rodeadas de jóvenes…

Texto: Paloma Sanaz
Fotografías: Javier del Real
Vídeos: Teatro Real

Ballo in maschera
  • La inauguración oficial de la presente temporada, el próximo 18 de septiembre, será precedida, por primera vez, de un preestreno sólo para menores de 35 años ─la Gala Joven─ el 16 de septiembre.
  • Se ofrecerán 16 funciones de Un ballo in maschera con un aforo máximo del 75% de las localidades y con las  medidas de seguridad sanitaria implementadas en las 27 representaciones de La traviata el pasado julio, modificadas de acuerdo con la normativa aprobada recientemente por la Comunidad de Madrid.
  • El director de escena Gianmaria Aliverta y el escenógrafo Massimo Checchetto han introducido importantes modificaciones en la producción original del Teatro de La Fenice de Venecia para adaptarla al protocolo sanitario del Teatro Real, manteniendo intacto su concepto dramatúrgico. 
  • Nicola Luisotti, primer director musical invitado del Teatro Real, dirigirá su sexto título verdiano al frente del Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real, después del enorme éxito obtenido con Don Carlo y La traviata en la pasada temporada. 
  • Dos repartos (con cuatro Amelias) se alternarán en la interpretación de los papeles protagonistas: los tenores Michael Fabiano y Ramón Vargas (Riccardo); las sopranos Anna Pirozzi, Saioa Hernández, María Pia Piscitelli y Sondra Radvanovsky (Amelia); los barítonos Artur Ruciński y George Petean (Renato); las mezzosopranos Daniela Barcellona y Silvia Beltrami (Ulrica) y las sopranos Elena Sancho Pereg e Isabella Gaudí (Oscar).
  • Está previsto que el estreno de Un ballo in maschera, el 18 de septiembre a las 20.00 horas, sea retransmitido en directo en pantallas instaladas en la Plaza de Oriente y en la Plaza de Isabel, con aforo limitado y de acuerdo con la normativa relativa a la COVID 19 de la Comunidad de Madrid.
  • En torno a Un ballo in maschera se han organizado actividades paralelas en el Teatro Real y en colaboración con la Fundación SGAE, Museo de Artes Decorativas y Universidad Nebrija, destacando la sesión de Enfoques, el 14 de septiembre a las 20.15 horas, con un aforo del 75% de las localidades presenciales y retransmisión, por primera vez, en el canal de Youtube del Teatro Real.
  • Las funciones de Un ballo in mascheracuentan con el patrocinio de Telefónica.

  • La retransmisión en directo de la ópera en las pantallas exteriores está patrocinada por Telefónica, Endesa, Loterías y Apuestas del Estado, Mutua Madrileña, Fundación Redexis y Fundación EDP.
  • La Gala Joven contará con la colaboración de la firma de servicios profesionales EY.

El Teatro Real inaugurará la Temporada 2020-2021 ─la 24ª desde su reapertura─, con Un ballo in maschera, de Giuseppe Verdi, que se ofrecerá en una producción procedente del Teatro La Fenice de Venecia y repuesta en colaboración con el Teatro de la Maestranza de Sevilla.

El libreto de la ópera, algo trasnochado para la época, parte de uno anterior, de Agustin Eugène Scribe, inspirado tangencialmente en el asesinato del rey Gustavo III de Suecia durante un baile de máscaras en la Ópera de Estocolmo, víctima de una conspiración. Sucesivos problemas con la censura romana y napolitana obligaron al libretista Antonio Somma a trasladar el trasfondo político de la ópera de la corte sueca a Boston, a finales del XVII, entonces bajo gobernación británica.

El director de escena Gianmaria Aliverta mantiene la trama de la ópera en Estados Unidos, pero desplaza la acción al siglo XIX, cuando las violentas luchas fratricidas enfrentaban los estados del Norte y del Sur, que se resistían a abolir la esclavitud y a perder otras prerrogativas abusivas adscritas a los propietarios de los grandes latifundios.

En este contexto de enfrentamientos se enfatiza la tensión política que subyace en el libreto, que tiene, en  primer plano, un funesto triángulo amoroso, en el que las vicisitudes de los protagonistas son descritas musicalmente con el afilado sentido dramático de Verdi y su inagotable inspiración melódica. El compositor entrelaza arias, dúos y escenas corales en bloques que conforman grandes cuadros, articulando con extrema habilidad el drama y la comedia, los números de conjunto y los momentos íntimos, el bullicio palaciego y el drama interior de los personajes, manteniendo siempre la tensión en “el más melodramático de los melodramas”, en las palabras de Gabrielle D’Annunzio.

Nicola Luisotti, primer director invitado del Teatro Real, estará al frente de dos repartos de grandes voces verdianas, en los que el papel protagonista femenino (Amelia), será interpretado por cuatro distintas sopranos: Anna Pirozzi, Saioa Hernández, María Pia Piscitelli y Sondra Radvanovsky. Completan los elencos los tenores Michael Fabiano y Ramón Vargas (Riccardo); los barítonos Artur Ruciński y George Petean (Renato), las mezzosopranos Daniela Barcellona y Silvia Beltrami (Ulrica) y sopranos Elena Sancho Pereg e Isabella Gaudí (Oscar).

Tal como ocurrió con las funciones de las La traviata, los solistas, coro, actores y trabajadores del teatro cumplirán rigurosamente con el Protocolo de Seguridad Sanitaria diseñado por el Comité Médico del Teatro Real, en conformidad con las directrices de la Comunidad de Madrid.

Está previsto que el estreno de Un ballo in maschera, el 18 de septiembre, sea retransmitido en directo en pantallas instaladas en la Plaza de Oriente y, por primera vez, en la Plaza de Isabel II, donde se colocarán 450 sillas separadas entre sí por 2 m., en un área acotada de 4000 m2 con 320 m. de vallado de seguridad y 8 entradas y salidas debidamente señalizadas y dotadas de hidrogel.

TELEFÓNICA, MECENAS PRINCIPAL TECNOLÓGICO DEL TEATRO REAL

Telefónica, mecenas principal tecnológico del Teatro Real, impulsa su desarrollo digital y la mejor conectividad para optimizar la experiencia de los aficionados a la ópera en todos los canales digitales del Teatro. En estos años Telefónica ha ampliado el número de funcionalidades y servicios de la web, reforzando el carácter interactivo y la comunicación con los usuarios. De este modo, ha permitido crear un catálogo de productos mucho más amplio -abarcando diferentes tipos de música- y accesible, con servicios más ajustados a las preferencias de los seguidores de esta institución. Un paso más dentro de este proyecto global ha sido My Opera Player, plataforma digital que permite a los amantes de la ópera, la danza y la música clásica disfrutar desde casa, con tan sólo un click, de las mejores producciones de éxito internacional.

MyOperaPlayer, , cuenta con Telefónica, como socio tecnológico del Teatro Real, y con el patrocinio de Endesa, que apoyó esta iniciativa como patrocinador único cuando la plataforma se llamaba Palco Digital.

AGENDA | ACTIVIDADES PARALELAS

11 de septiembre, a las 20.15 horas | Teatro Real, Sala Gayarre

Enfoques: encuentro con Nicola Luisotti y Gianmaria Aliverta -directores musical y de escena de Un ballo in maschera- y Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real. Interpretación de arias de óperas de Mercadante y Auber basadas en el libreto de Eugene Scribe.

18 de septiembre, a las 20.00 horas | Retransmisión en la Plaza de Oriente y Plaza de Ópera

Retransmisión en directo de Un ballo in maschera en las pantallas situadas en la Plaza de Oriente y Plaza de Isabel II.

8 de octubre, 19:00 h. | Universidad Nebrija

Conferencia en streaming: primera de cuatro las conferencias del ciclo Hilvanes de ópera, que a lo largo de toda la temporada del Teatro Real quiere ahondar en el fascinante mundo de la moda a través de la ópera.

Actividad gratuita previa inscripción en actos.nebrija.es

11 de octubre, a las 12.00 horas | Teatro Real, Sala Principal

Los domingos de cámara I: los Solistas de la Orquesta Titular del Teatro Real ofrecerán un concierto con afinidades con la ópera Un ballo in maschera.

18 de octubre, a las 12.00 y a las 17.00 horas | Teatro Real, Sala Gayarre

Todos a la Gayarre:  talleres musicales para toda la familia, con dirección y presentación de Fernando Palacios.

Un baile con suspense. Nos colamos con un paje en un baile de disfraces.

Sábados y domingos de octubre a diciembre | Museo de Artes Decorativas

Recorridos en familia: bajo el título Un baile de máscaras, Mitos clásicos el museo ofrece itinerarios autoguiados para descubrir en familia la multitud de héroes de la mitología clásica que se esconden en sus salas. Héroes que en muchas ocasiones la máscara del tiempo ha convertido en figuras anónimas y de los que ahora podremos conocer su nombre y su historia.  Actividad gratuita previa inscripción en difusion.mnad@cultura.gob.es

Fotografía: Javier del Real

Fabio Parenzan

La famosa mezzosoprano italiana Daniela Barcellona regresa al escenario del Real para su debut como la maga Ulrica de la ópera de Verdi “Un ballo in maschera”, ópera que el próximo 18 de septiembre inaugura la nueva temporada lírica del coliseo madrileño. La cantante nacida en Trieste y aclamada como una de las grandes figuras de la lírica internacional en los teatros de ópera más importantes del mundo, vuelve al Teatro Real, con la que será su primera actuación operística tras su reciente éxito como solista de la Novena de Beethoven en el concierto de reapertura del mítico Teatro San Carlo, celebrado en la Piazza del Plebiscito.

Considerada como la mezzosoprano rossiniana de referencia de las últimas décadas, y una de las voces más importantes del circuito operístico internacional, tanto por su calidad vocal como por sus dotes escénicas, que la convirtieron en la primera cantante italiana galardonada con el prestigioso premio “Olivier Award”; Daniela Barcellona, que ha cantado bajo la batuta de maestros como Claudio Abbado, Colin Davis, Lorin Maazel, James Levin, Georges Prêtre, Kent Nagano, Valery Gergiev, Daniel Barenboim o Riccardo Muti, ha decidido seguir la evolución natural de su voz y en los últimos años ha incorporado nuevos roles a su repertorio. A su amplio catálogo de personajes ha añadido otros nuevos, como Baba la Turca en The rake’s progress de Stravinsky, su aplaudida  Didon de Les Troyens de Berlioz, Santuzza (Cavalleria rusticana), Laura Adorno (La Gioconda) y los verdianos, Princesa de Éboli (Don Carlo), Ámneris (Aida) – tras su memorable interpretación en la Arena di Verona, la crítica italiana la saludó como “Grandissima Daniela Barcellona! Abbiamo finalmente trovato l’Amneris areniana che aspettavamo da anni!”- o la Mrs Quickly de Falstaff, rol que ha cantado en Chicago con Riccardo Muti, en la Opéra National de París, La Scala de Milán, Dutch National Opera de Holanda, la Staatsoper de Berlín con Daniel Barenboim y Zubin Mehta, o la primavera pasada en el Teatro Real de Madrid, en la nueva producción de Laurent Pelly.

Sus compromisos más inmediatos incluyen, de nuevo, Falstaff en Bruselas, su debut como Azucena (Il trovatore) en la Opéra National de París, y el Requiem de Verdi junto a la Staatskapelle Berlin y Zubin Mehta en la Staatsoper Unter den Linden y la Philharmonie de Berlín.

Fotografía: Fabio Parenzan

https://www.danielabarcellona.com/

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