Parece que poco a poco van abriendo los teatros de ópera en Europa. El próximo en hacerlo será la Ópera Estatal de Viena tras seis meses cerrada por culpa de la pandemia. La reapertura al público será el próximo 19 de mayo. En estos momentos, la dirección del coliseo vienés trabaja para ofrecer a sus espectadores un nuevo calendario de representaciones, del que ofrecerá información detallada en cuanto sea posible.
Durante estos seis meses la Ópera de Viena, al igual que otros muchos teatros, ha ofrecido numerosas actuaciones en televisión y retransmisiones en streaming, la última de las cuales ha sido la nueva producción de Parsifal protagonizada por Jonas Kaufmann.
“Aunque a través de estas actividades hemos llegado a un total de más de 5 millones de conexiones en todo el mundo, todavía no es comparable con una sala llena, con unas representaciones delante de ustedes, querido público. Nada puede reemplazar la experiencia en el teatro”, ha comentado Bogdan Roščić, director de la Ópera de Viena.
La temporada 2015-16 se presenta llena de nuevos retos para Celso Albelo. Los próximos 4, 7, 10 y 13 de septiembre el tenor canario volverá a subirse al escenario de la Wiener Staatsoper para inaugurar el curso del primer teatro austríaco con Rigoletto, uno de los títulos más representados de Giuseppe Verdi. Con su Duque de Mantua, un personaje que ha paseado por coliseos como el San Carlo de Nápoles, La Fenice de Venecia, la Opéra de Monté-Carlo, el Teatro Real de Madrid, la Ópera de A Coruña o el Teatro de La Maestranza de Sevilla, Albelo inicia una temporada brillante que incluye otros destacados compromisos como Anna Bolena de nuevo en Viena, Lucia di Lammermoor en la Opéra Royal de Wallonie (Bélgica), su esperado debut en la Metropolitan Opera de Nueva York con Maria Stuarda o su vuelta a teatros como la Deutsche Oper berlinesa y el Gran Teatre del Liceu de Barcelona con I Capuleti e i Montecchi o el Teatro Real de Madrid con I Puritani.
En las funciones de Rigoletto en Viena Albelo compartirá escenario con Ambrogio Maestri (Rigoletto), Aleksandra Kurzak (Gilda), Michele Pertusi (Sparafucile) y Elena Maximova (Maddalena), quienes estarán dirigidos musicalmente por Evelino Pidò; está previsto que la función inaugural, el 4 de septiembre, se pueda ver en directo en streaming en todo el mundo, además de ser retransmitida a una pantalla gigante en frente del Vienna City Hall (en la popular Rathausplatz).
Tras el reciente éxito en su debut australiano cantando I Puritani en la Victorian Opera, Albelo llegará a Viena en septiembre tras un verano en el que también se le podrá escuchar en Macerata con Rigoletto (17, 25, 31 de julio y 9 de agosto) y en la Quincena Musical de San Sebastián y el Festival Internacional de Santander (25 y 26 de agosto respectivamente) con el Stabat Mater, de Rossini, junto a la Orquesta de Cadaqués, dirigida por Alberto Zedda.
Celso Albelo debutará el papel de Percy, protagonista de la ópera Anna Bolena de Donizetti, en la Wiener Staatsoper en su regreso al principal escenario operístico de Austria en el que ya se le ha aplaudido en otras óperas del compositor italiano, como L’elisir d’amore y Roberto Devereux, además de en La Sonnambula, de Bellini. En este regreso vienés con debut incluido, los días 10, 13, 17 y 20 de abril, lo hará nada menos que al lado de la soprano Anna Netrebko, una de las grandes divas de la actualidad.
“Hacía mucho tiempo que le tenía ganas a este papel, ya que he cantado las otras dos óperas de la trilogía Tudor de Donizetti, Maria Stuarda y Roberto Devereux”, afirma el cantante. “Estuve a punto de interpretarlo por primera vez en el Teatro Verdi de Trieste, en 2012, pero entonces tuve que cancelarlo debido a que me afectó una infección bronquial. Fue muy frustrante, porque íbamos a hacerlo junto con mi admirada Mariella Devia, pero me sacaré la espinita en mayo, ya que después de cantarla en Viena la haré en mi tierra, en Tenerife, y precisamente junto a Mariella Devia”.
Celso Albelo llega a este personaje después de otro gran debut belcantista, aunque rossiniano: el de Arnold de Guillaume Tell (en la Ópera de Montecarlo y en el Théâtre des Champs-Élysées de París). Antes acababa de incorporar a su repertorio su segundo papel en el género de la zarzuela, Javier, de Luisa Fernanda y junto a Plácido Domingo, en el Palau de les Arts de Valencia.
Después de su última gira por Japón, comenzó la temporada en A Coruña con La Traviata, para viajar más tarde a Palermo, Viena y Berlín. En marzo interpreta de nuevo a Nemorino de L’elisir d’amore (Módena y Parma) y en los próximos meses le esperan compromisos en Bonn, Valencia o Macerata, todo ello antes de su esperado debut en el Metropolitan Opera House de Nueva York con Maria Stuarda en enero del próximo año.