El Rey que rabió en el Teatro de la Zarzuela
Zarzuela en tres actos
Música de Ruperto Chapí
Libreto de Miguel Ramos Carrión y Vital Aza
D. musical: Iván López Reinoso
D. escena: Bárbara Lluch
Escenografía: Juan Guillermo Nova
Vestuario: Clara Peluffo Valentini
Iluminación: Vinivio Cheli
Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid
Reparto: Enrique Ferrer, Rocío Ignacio, María José Suerez, Rubén Amoretti, José Manuel Zapata, Carlos Cosías, Ígor Peral, José Julian Frontal, Alberto Frías, Sandro Cordero, Pep Molina, Ruht González y Antonio BuendíaEl Teatro de la Zarzuela ha querido terminar esta temporada tan especial, con un título imprescindible de la lírica española, “El Rey que rabió”, del maestro Ruperto Chapí, 130 años después de su estreno el 20 de abril de 1891 en este mismo Teatro.
En aquel momento era regente la Reina María Cristina, a la espera de la mayoría d edad de Alfonso XIII. Pero no es este rey al que alude la obra, sino a Alfonso XII y otros políticos y militares de la época.
El libreto es de dos de los mejores dramaturgos y humoristas del momento, Miguel Ramos Carrión y Vital Aza, que crearon un libreto lleno de situaciones y personajes atemporales, de enredos y cómicas situaciones en la España de la Restauración. Un libreto crítico con todos los estamentos de poder, resaltando con mucho humor la parte más teatral de la política desarrollada en una corte que bien podrían pertenecer al momento de su estreno o, como nunca antes, al presente más actual, con el engaño de los gobernantes como protagonista principal.
Esta nueva producción del Teatro de la Zarzuela del “Rey que rabió” ha estado a cargo, escénicamente, de la ya aclamada en este Teatro por “La Casa de Bernarda Alba” en 2018, Bárbara Lluch. En esta ocasión, la escenografía, potenciada por el vestuario de Clara Peluffo Valentini, dan a la obra aspecto de función escolar, esa que se hace a final de curso. El vestuario es muy vistoso y alegre, pero junto al resto de elementos escénicos, crean un conjunto exageradamente infantil. Al igual que la teatralización de los personajes, casi todos demasiado histriónicos, sobre todo el Capitán de Alberto Frías, que pecó de sobreactuación buffa. María José Suárez y Sandro Cordero, como María y Juan, estuvieron un poco más equilibrados en su parte cómica, aunque igualmente exagerados.
Los más destacados fueron Ruth González Mesa, como el Paje Criado del Rey, Rubén Amoretti, como El General, que dejó entrever su calidad vocal cuando las humoradas se lo permitían y un Manuel Zapata como Jeremías, algo pasado también, pero que supo mantener el equilibrio teatral y no arrastrar al personaje.
Los protagonistas principales no supieron estar a la altura. La soprano Rocío Ignacio, como Rosa, no pareció en ningún momento una campesina. Más bien seguía interpretando su papel de Luisa Fernanda esta misma temporada. Le costó algún que otro abucheo por parte del público.
EL otro protagonista era Enrique Ferrer, el Rey, que no sabemos si rabió o no, pero que tampoco tuvo su noche. Poca gracia en la interpretación y poca consistencia vocal. No resultó acertada la elección de un tenor para este papel, cuando la partitura de Chapí indica que es para soprano.
Tan solo el conocido Coro de doctores nos trasladó a la maravillosa música del compositor, con una actuación del coro brillante, como de costumbre. La iluminación de Vinicio Cheli contribuyó a que esta escena fuera lo mejor de la representación.
No fue tampoco la noche del director musical Iván López Reinoso. Lento hasta la extenuación, con un sonido a ráfagas y sin sacar provecho a una orquesta que demuestra, en cuanto tiene ocasión, la calidad que atesora.
Una pena terminar así una temporada tan especial y que ha estado a tan alto nivel. Pero, el mejor escribano echa un borrón y esperamos con ilusión la próxima temporada.
Texto: Paloma Sanz
Fotografías: Javier de Real